Como una mujer: La historia más fea
Al despertar te cuestionas muchas cosas: ¿Dónde estabas, qué habÃa pasado, como habÃas llegado ahÃ, por qué tu vida era como si no valiera nada, y sobre todo quién era ella?…En una retrospectiva en medio de tus letargos, intentas recordarla entre tus youtubers preferidas y no la visualizas en ningún canal, ni dando un tutorial o al menos un simple consejo especializado. Tampoco la recuerdas como una instagrammers que hiciera algo relevante-ni la seguÃas, ni ella te seguÃa- Llegas mentalmente a Facebook, y jamás la has visto entre esas mujerotas que tú buscas, siempre exhibiéndose con sus bailes eróticos y otras excentricidades.
A pesar de tu malestar fÃsico la vuelves a mirar de arriba abajo, y compruebas una vez más que no la conoces, además descubres que esa fémina no era algo que marcara la diferencia. No era un bello rostro ni era un buen cuerpo, y tus parámetros eran las estrellas de cine, las empresarias famosas, las grandes artistas o al menos las influencers del momentoâ?¦Por cuanto, para ti una persona asà era como una mujer inexistente. Ahora, solo te faltaba entender qué hacÃa a tu lado una mujer tan poco agraciada y tan insignificante.
Pero todo era tan feo. Estabas en cama y aún no sabÃas el por qué. Ese hedor a sangre y alcohol mezclados resultaba tan repulsivo. Casi no te podÃas mover prisionero de aparatos y sueros. Tan solo comenzaste a entenderlo todo, cuando aquel médico te dijo que le dieras gracias a Dios por el milagro que habÃa hecho contigoâ?¦Â¡Tu auto…la carretera, el desvÃo, el descontrol, la caÃda, el vuelco!â?¦Al fin comprendiste.
Otra vez llega esa mujer vestida de blanco que no conocÃas. Viene tratando de aliviarte. Te toma el pulso, comprueba los aparatos y tu respiración, te medica, y sobre todo ello culmina esa parte de su misión, dándote aliento con una caricia maternal, porque celebra que hayas vuelto a la vida.
Ahora sÃ, ya más claro pudiste verla bien de cerca y comprobar que su cara no era tan bonita, pero cuán dulce sonrisa; su cuerpo no era nada esbelto, pero qué simpática y cuánto dinamismo para que no te faltara nadaâ?¦Y la parte más fea de la historia, te habÃas defecado y ¡con qué amor esa mujer tan bella se ocupaba de ti!]]>