SANTO DOMINGO. A casi un mes de la llegada del yate Flying Fox, propiedad del magnate ruso Dmitry Kamenshchik, a las costas dominicanas, las autoridades dominicanas no han informado sobre las acciones que se tomaran respecto a lo que pudieran haber encontrado en a bordo.
Y pese a que el Ministerio Público allanó la embarcación hace ya casi doce días, no se han revelado los hallazgos producto de esta acción. Hasta el momento, las autoridades solo han declarado que el yate fue requisado por solicitud del gobierno estadounidense, como parte de una investigación de lavado de activos y tráfico de armas que desarrolla esa nación en contra de varios objetivos supuestamente ligados a este tipo de actividades ilícitas.
El Ministerio Público requisó la embarcación bajo el acuerdo suscrito con Estados Unidos y amparado bajo la cooperación jurídica internacional, sin embargo, desde entonces, no ha informado nada al respecto.
El yate arribó a aguas dominicanas primero por el puerto de La Romana, siendo trasladado posteriormente al Puerto Don Diego, de Santo Domingo, supuestamente para abastecerse de combustible. Sin embargo, este fue detenido por petición del gobierno de Estados Unidos.
La embarcación “The Flying Fox” es uno de los yates de lujo más grandes del mundo, se estima que su construcción superó los US$400 millones.
De acuerdo con las informaciones obtenidas por medios nacionales, el megayate ha sido inspeccionado en dos ocasiones por miembros del Ministerio Público, agentes del Cuerpo Especializado de Seguridad Portuaria (Cesep), la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI).
