Chile: entre dos extremos
Chile es el país suramericano de mayor crecimiento, llegando incluso en la década de los 90’ a un incremento del PIB por encima del 7% promedio. Los gobiernos de Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, todos mandatarios nominados por la Concertación de Partidos por la Democracia, condujeron el país hacia un exitoso proceso de fortalecimiento institucional, reformas en importantes sectores del Estado y estabilidad social y económica.
Resultaron clave durante esta etapa de crecimiento las reformas macroeconómicas y la reconquista de la confianza del sector privado que lideró un amplio plan de inversiones en todo el país. El aumento del empleo y la capacidad de compras de los chilenos produjeron reducción de la pobreza en 50% en solo 10 años y el salario mínimo de la población se incrementó en más de un 60%, impactando significativamente en la calidad de vida.
Sin embargo, y a pesar de los avances, en el año 2019 durante el segundo mandato de Sebastián Piñera, quien había conducido el país con acierto en su primer gobierno, estallaron una serie de protestas iniciadas en Santiago y extendida luego por las provincias. Los estudiantes y ciudadanos de los sectores de menor ingreso se unieron a una buena parte de la clase media expresando en las calles su oposición al aumento de los precios del transporte en el metro y contra otros ajustes económicos anunciados por el gobierno.
Convertidas luego en saqueos y fuertes disturbios, las protestas obligaron al gobierno de Piñera a decretar el estado de emergencia que incluyó más tarde un toque de queda. La inestabilidad derivada afectó seriamente la economía de Chile provocando la pérdida de cientos de miles de empleos y llevando a una buena parte de la población a pensar en un cambio de rumbo, potenciando la popularidad de Gabriel Boric, un antiguo dirigente estudiantil de apenas 35 años, cercano a la extrema izquierda y declarado admirador del fenecido presidente Hugo Chávez.
En el otro extremo encabeza a los conservadores el ultraderechista José Antonio Kast, pasado ministro de Pinochet, de 55 años, señalado por sus radicales posiciones antiaborto, homofóbicas y su postura ultranacionalista. Ambos extremos se medirán este domingo y por lo que dicen las encuestas se esperan unos comicios ceñidos, en los que pudiera ganar cualquiera de los dos candidatos.
En el caso de Boric han surgido amplios temores de que pudiera conducir a Chile hacia un modelo similar al de Venezuela y Nicaragua, dada su inexperiencia y posición ideológica. Kast, si bien es un experimentado político levanta suspicacias en los sectores liberales y los jóvenes le consideran “una opción del pasado”.
Por las razones expuestas las elecciones de este domingo representan una de las más definitorias en la historia reciente de Chile.