La práctica de tomar las aceras, espacios destinados para los peatones, crece como epidemia en Higüey, sobre todo, de parte de los llamados “colmadones”. Muchos establecimientos colocan sillas y mesas para vender alcohol en las aceras, impidiendo el libre tránsito de los ciudadanos.
Otro grave problema cuando uno de estos negocios se instala, es que cambia el cemento rústico de las aceras y colocan otros tipos de pisos, que además de romper con la belleza de la ciudad, son resbalosos y ponen en peligro la vida de los ciudadanos.