Hamlet Melo / hamlet_melo@hotmail.com
Es evidente, el turismo nos identifica como país. Y no sólo por lo que ofrecemos para el turismo de placer, sino también, por la estabilidad social y política que exhibimos para el turismo de negocio o profesional, en cual se incluyen los seminarios, congresos y conferencias nacionales e internacionales.
Por ello, que nuestro país es tomado en consideración para la celebración de importantes encuentros internacionales en diversas áreas, como la III Conferencia Mundial de Cacao, llevada a cabo del 22 al 25 de mayo, en Bávaro, La Altagracia. La primera conferencia fue realizada en Costa de Marfil, 2012, y la segunda en Holanda, en el 2014.
Esta Conferencia que se celebra por primera vez en América Latina, reunió, en un mismo espacio, a más de 1,700 delegados del sector, de 60 países, para tratar temas sobre la producción y transformación de la industria cacaotera mundial. Igualmente, la agenda incluía avances en tecnología, producción, procesamiento, comercialización del cacao y productos derivados, como el chocolate, manteca, entre otros.
En dicho evento, el ministro de Agricultura, Ángel Estévez, destacó el valor de la producción de cacao para nuestra economía, la cual generó en el 2015 unos US$261 millones en exportaciones a países de Europa, siendo Alemania el mayor comprador. Asimismo informó que se generan unos 250 mil empleos, repartidos entre 40,000 productores nacionales.
A pesar de que somos el mayor exportador mundial de cacao orgánico, no todo es luces en el sector cacaotero. Entre las recomendaciones de la Conferencia, se encuentran: mejorar las condiciones de vida de los cacaocultores, especialmente de los pequeños productores, que no ven compensados los costes de producción en el precio de venta, con acceso a tierra, créditos y tecnologías; fomentar la investigación para obtener variedades de cacao resistentes a enfermedades y establecer políticas claras para contrarrestar la degradación del suelo y el envejecimiento de los árboles.
Lo anterior, es motivo de reflexión estatal. Es necesario una reorientación de las prioridades agrícolas nacionales, en aras de mejorar nuestra competitividad y posicionamiento mundial de este rubro; contribuyendo así con el desarrollo del país y de la gente.