HOLLYWOOD. La afamada franquicia cinematográfica, James Bond, volvió a la pantalla grande esta semana un año y medio después de su fecha de lanzamiento original pautada para abril de 2020.
En esta ocasión, el agente 007, viene con “No Time to die”, (Sin tiempo para morir), en la que representa la 25ta aventura de James Bond, y que es la esperanza de Hollywood para atraer al los cineastas a las salas tras más de un año de pandemia.
La cinta, de 2 horas y 43 minutos, es la más larga de la serie de películas y promete no decepcionar a los fanatical del agente secreto.
Esta entrega de la saga fue dirigida por el director Cart Joji Fukunaga, primer estadounidense a quien se le confió la preciada franquicia británica, y comienza con dos escenas de tono sorprendentemente diferentes.
La primera es una fría viñeta de terror escandinavo filmada por el director de fotografía Linus Sandgrem, presentando niños en peligro y herencias envenenadas que se propagaran a lo largo de esta trama.
En la segunda escena, Bond se retira del mundo del espionaje y se relaja en el esplendor italiano con Madeleine Swann (interpretada por Lea Seydoux). Pero pronto los acordes del tema musical de Billie Eilish resuenan en los créditos iniciales y Bond vuelve a un terreno más peligroso pero familiar.
Esta cinta trae al actor Daniel Craig una vez más representando al más popular espía 007, en la que podría ser la despedida de la franquicia de la gran pantalla.
La película tiene una sensación de despedida, cómo de “vamos a juntar a la banda una vez más”, Bond recluta a buenos camaradas como Moneypenny, (Naomi Harris) y Q (Ben Whishaw) como parte de la misión final del agente 007.
