PUNTA CANA, RD. Las intensas demandas energéticas de la inteligencia artificial (IA) han vuelto a ser destacadas tras la publicación del último informe medioambiental de Google, donde se revela que el uso de IA ha ocasionado un aumento del 48% en sus emisiones de carbono en los últimos cinco años.
El gigante tecnológico Google, que se había fijado la meta de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2030, enfrenta ahora desafíos significativos debido a las elevadas necesidades eléctricas de tecnologías como el chatbot Gemini. Estas demandas amenazan con desviar los objetivos de energía limpia necesarios para combatir el cambio climático.
En su informe de sostenibilidad anual publicado recientemente, Google describió su objetivo para 2030 como «extremadamente ambicioso» y reconoció que enfrentará dificultades considerables, especialmente relacionadas con el impacto ambiental de la IA, un factor complejo y difícil de prever. La empresa subrayó que actualmente no existen soluciones definitivas para algunos desafíos globales clave, que dependen en gran medida de una transición más amplia hacia energías limpias.
El enfoque actual en la construcción y desarrollo de productos de IA significa que las emisiones de Google podrían seguir aumentando antes de comenzar a descender hacia sus objetivos. Este aumento refleja una tendencia más amplia en la industria tecnológica, donde otras empresas también han advertido sobre los altos requerimientos energéticos de la IA.
A principios de este año, el director de OpenAI, Sam Altman, señaló que futuras versiones de tecnologías como ChatGPT necesitarán una revolución energética para mantenerse. En su participación en el Foro Económico Mundial de Davos en enero, Altman destacó que cualquier avance significativo requerirá progresos sustanciales en tecnologías como la fusión nuclear, un campo que hasta ahora ha resultado esquivo.
