jueves, noviembre 14, 2024
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Lambonería

La «lambonería», definida entre otras acepciones como adulación por la Real Academia de la Lengua (RAE), refleja un comportamiento complejo entre el individuo que la practica y la figura a la que rinde pleitesía exagerada. Es un fenómeno que suele ser alimentado por inseguridades y baja autoestima en la persona que la ejerce.

La lambonería delata falta de confianza en sí mismo, llevando a la persona a buscar validación mediante la adulación constante y empalagosa para agradar a quien percibe como superior. Esta conducta puede estar motivada por diferentes factores, como el deseo de ser aceptado, el miedo al rechazo o la necesidad de pertenecer a un grupo.

Uno de los problemas principales de la lambonería es que implica una renuncia a la propia identidad, en aras de magnificar la figura de otro individuo. Esta renuncia puede llevar a una pérdida de autenticidad, ya que el lambón se sumerge tanto en la adoración del otro que pierde de vista sus propios valores, opiniones y criterios. De esa forma, el lambón se convierte en una especie de «seguidor ciego» que adopta todas las ideas y acciones de la figura que endiosa y admira, incluso si van en contra de sus propias convicciones.

Además, la lambonería puede generar un desequilibrio en las relaciones interpersonales, ya que el practicante de esta conducta distorsionada puede ser apreciado como hipócrita, falaz y escabroso. La persona que recibe esa adoración excesiva y servil también puede verse afectada. Aunque inicialmente se sienta halagada o poderosa, el tiempo se encarga de mostrarle los efectos nocivos de ese tipo de relación. Cultivar la autovaloración y seguridad en uno mismo debería ser una tarea permanente de cada individuo.

Oscar Quezada
Oscar Quezada
Soy un periodista que ama escuchar y contar historias, y con eso lucho cada día. Trato de hacerlo con relatos sencillos y entendibles para todos. Estudié en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

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