PANAMÁ (AP). Fueron encerrados en un cementerio aislado de la provincia panameña del Darién un grupo de migrantes que perdió la vida mientras intentaban cruzar el tramo más peligroso en su ruta hacia Estados Unidos.
Los migrantes fueron puestos en fosas con una pequeña tarjeta donde contiene los pocos datos que las autoridades forenses pudieron reunir en caso de que algún día alguien reclame los cuerpos.
Un total de 15 cuerpos fueron sepultados, de los cuales 12 son de adultos, un reto y dos osamentas, en el pequeño camposanto del sector Guayabillo en Agua Fría. Con una breve ceremonia auspiciada por un sacerdote local, con un crucifijo, una vela y dos flores blancas, se les dio el último adiós a los cadáveres de estos migrantes y se les colocó sobre sus tumbas más hojas plastificadas de color blanco con las indicaciones “Desconocida en Bajo Grande”, “Desconocido en Rio Tuqueza”, “Infanta desconocida” y “Osamenta desconocida”.
Desde hace años, los migrantes que atraviesan esta jungla de Darién, han dado testimonio de la presencia de numerosos cadáveres a lo largo de una ruta en la que se topan con un tramo al que llaman “Montaña de la muerte”, con ríos caudalosos, insectos y víboras venenosas.
Las autoridades panameñas informaron a reporteros de la agencia AP, que al menos 50 cuerpos han sido recuperados de esta jungla en lo que va de año, de los cuales se identificaron 5 haitianos, dos cubanos y una brasileña.
Explicó también, que muchos de estos cadáveres no se pueden indentificar debido al estado de descomposición en que se encuentran, mientras que otros son comidos por los animales o descompuestos en su totalidad por la humedad y la temperatura de la zona antes de que las autoridades puedan dar con ellos.
Estos migrantes se corresponden con los más de 15 mil que se agruparon bajo el puente fronterizo entre Mexico y Estados Unidos, de los cuales la mayoría eran de nacionalidad haitiana.
Este grupo de 15 victimas siguió un hecho similar donde en el mismo cementerio, unas semanas atrás, se sepultaron seis cadáveres y sobre la tierra se colocaron rosas artificiales.
Del último grupo se identificó un cuerpo de una persona de 33 años de edad, otro cuya edad no se pudo determinar y que fue victima de muerte súbita de origen cardiaco. El cero enterrado habría sido entregado por una mujer de origen haitiano a las autoridades asegurando que había perdido a su bebé al resbalarse durante su travesía por la jungla, de acuerdo con informaciones del fiscal Julio Vergara.
Estos entierros han causado resentimiento entre algunas comunidades indígenas de la zona, quienes se oponen a que los migrantes sean sepultados en sus cementerios.
Al día siguiente del entierro, llegaron a una estación de recepción en Lajas Blancas más de 800 migrantes en botes a motor por el río Chucunaque desde Bajo Chiquito, quienes se sumaron a casi 300 que esperaban abordar autobuses para continuar su ruta hacia otro campamento en la provincia panameña de Chiriquí, en la frontera con Costa Rica.