miércoles, mayo 8, 2024
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¿Recicladores o “buzos” de la pobreza extrema?

LA ROMANA. Los recicladores informales o “los buzos”, como mayormente son denominadas las personas que se dedican a realizar este tipo de oficio en los vertederos, representan una pieza importante para hacer posible el funcionamiento del sistema de recolección y clasificación de los desechos sólidos en este país.

Sin embargo, esta labor no es tomada en cuenta por los gobiernos locales. Estos “buzos” realizan su trabajo totalmente desamparados, tanto desde el punto de vista de la protección personal como de cobertura social. Además, son despreciados por la sociedad, pese a tener más conciencia en cuanto a reciclaje, reutilización y el valor de la basura, mientras que a la mayoría de las personas les perturba que exista gente que busque entre los desperdicios de otros.

Pese a no tener apoyo por parte de los ayuntamientos y ser denigrados por la población, estos hombres y mujeres no se detienen ante esto y ven los vertederos a cielo abierto como una forma honrada de ganarse la vida, haciendo un trabajo que es remunerado por terceros a través de la compra de materiales reutilizables o del pago por servicios de recolección.

Uno de ellos es Emmanuel Guzmán, quien está desde los seis años “buceando” en el vertedero municipal de La Romana, ubicado en el kilómetro 14, del distrito municipal de Cumayasa. El joven de 25 años cuenta que el trabajo de él consiste en “recoger los potes, las botellas y hasta las fundas que yo veo por ahí”.

Guzmán dice que, aunque la labor que realiza es un poco inusual y hasta “sucia”, prefiere ganarse la vida de esta forma y no “hacer lo malo en el barrio”. Guzmán fue introducido a este trabajo por su madre, quien desde que era un niño lo llevó consigo al vertedero. Con el paso de los años, se convirtió en el único empleo que conoce.

Para desempeñar sus jornadas diarias de reciclaje, a Emmanuel lo suelen acompañar Ambiorix, Yendry y otros cinco jóvenes que se dedican a buscar entre la basura botellas de vidrio, que luego son vendidas tres unidades por dos pesos.

El grupo de jóvenes explica que se dirigen al vertedero desde tempranas horas de la mañana a esperar allí los camiones de basura que llegan repletos de desechos de la ciudad. Aseguran desarrollan una jornada de más de ocho horas diarias en el lugar.

COMERCIALIZACIÓN

Además de realizar una encomienda amigable con el medioambiente, escarbar entre la basura se convierte en una actividad económica que les genera ingresos a los llamados buzos. Emmanuel y sus compañeros cuentan que con la venta de botellas pueden generar entre 200 y 300 pesos diarios. Pero hay días que se pueden conseguir hasta RD$1,000.

“Antes de la pandemia nosotros teníamos días que conseguíamos mil, mil 300 y hasta 2 mil pesos. Pero al cerrarse un tiempo todo, no teníamos compradores y las ventas bajaron. Ahora la cosa está subiendo al paso”, dijo el joven.

La que peor suerte tiene es María Rosario, quien junto a su nieta recicla latas de aluminio. La mujer de 50 años cuenta que, la libra de este material los compradores la adquieren a RD$4.50 y suele vender al día entre cuarenta a cincuenta libras, lo que le genera entre 180 a 225 pesos diarios.

Juan Félix, es otro de los recolectores y ha sido su trabajo por más de 20 años. El hombre recicla plásticos. “Nosotros la libra de plástico la vendemos a 350 pesos, pero no tenemos compradores diarios. Aquí viene el interesado le pesamos el saco y lo que tenga en libras eso nos pagan”, dice.

Félix asegura que, pese a que su trabajo es reunir la mayor cantidad de plásticos en un vertedero “vive asustado por la delincuencia”. “Usted no puede dejar lo suyo, porque cuando viene a ver se lo llevan, hay que estar bien pendiente de los ladrones y eso nos tiene mal”, sostuvo.

MÁS ATENCIÓN

Pese a que estas personas se benefician de la recolección de desechos sólidos en el vertedero municipal de esta localidad, la realidad es que necesitan más atención por parte de las autoridades gubernamentales.

Un estudio sobre la “Situación Actual de Gestión de Residuos en República Dominicana”, publicado en noviembre 2019, detalla que sólo el basurero del kilómetro 14 de Cumayasa produce 8,516 toneladas de desechos al mes y de esta cantidad, se estima puede ser recuperada para el reciclaje un 6 % del total de residuos sólidos generados.

Por encima del importante esfuerzo que hacen los buzos para cuidar el medio ambiente, también tienen muchos desafíos que afrontar y uno de ellos hacer entender tanto a los cabildos y al Gobierno, que ellos son una solución y no un problema y, por ende, deben ofrecerles una mejor condición laboral por el importante trabajo que practica y el que no todos los ciudadanos están dispuestos a hacer.