domingo, octubre 6, 2024
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Desborde de aguas residuales y contaminación sónica: dos graves problemas de Guaymate

LA ROMANA. Guaymate es un municipio que pertenece a la provincia de La Romana, región Yuma, con una superficie de 262.3 km² y una población de 16,558, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) en 2010. A la fecha de hoy, las autoridades de ese municipio aseguran que esa cifra se ha más que duplicado. Este aumento en la población se debe a que es una comunidad cañera y muchos bateyes han sido eliminados por parte de la compañía Central Romana, lo que ha provocado la migración de esas personas al municipio.

UNA PLANTA COLAPSADA

En mayo del año 2011 se inauguró el alcantarillado sanitario de Guaymate, construido a un costo de 98 millones, 787 mil 914 pesos. Para ese entonces, favorecería a unas 5 mil personas, ya que recolectaría las aguas residuales del municipio por gravedad durante un período de 20 años. Este sistema tiene como componentes principales una planta de tratamiento, con capacidad para 14 litros por segundo, con desarenador en hormigón armado, dotado de compuertas y rejillas en acero inoxidable tipo laguna facultativa, con sedimentador conectado a una cámara biológica y un filtro aeróbico. Asimismo, fueron construidas las vías de circulación, caseta de vigilancia y taludes encachados con hormigón, y se acondicionaron las cañadas contiguas.

A pesar de mantenerse como una de las plantas de tratamiento más modernas en la región y de la gran inversión realizada en esta importante obra, no se mantuvo por mucho tiempo en servicio. Hasta la fecha, eso no ha valido de mucho, porque está da- ñada desde hace varios años. Los moradores de esa laboriosa y olvidada localidad tienen que lidiar con el mal olor de las aguas cloacales, las cuales recorren los contenes y calles, haciendo imposible habitar en algunos lugares del pueblo.

Esponsa Mariano, una mujer de 87 años de edad, nacida y criada en Guaymate, testifica que es horrible lo que ella y otros munícipes tienen que vivir, porque el desborde de aguas residuales por las alcantarillas hace que desde el pasado año tenga que irse a pasar el día y parte de la noche en casa de una hija, debido a que no puede aguantar el mal olor.

Además, resalta que los vehículos que circulan por la calle Juan Pablo Duarte salpican el frente de su vivienda, depositando en la acera y pared todo tipo de inmundicia que afecta la salud de ella, niños y demás vecinos, sin que las autoridades solucionen el problema. Desde el 2021, el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), Wellington Arnaud, viene dando seguimiento a la problemática medioambiental que esta planta representa. En agosto del 2022 se aprobó una certificación existente de fondos del Inapa por la suma de RD$7,000,000.00 millones de pesos, para compra o licitación de la mencionada planta de tratamiento, sin que hasta el momento esa reparación se haya puesto en marcha, a pesar de que los fondos están disponibles.

En ese sentido, en esa misma fecha, la exalcaldesa de Guaymate y actual gobernadora de la provincia de La Romana, Ivelisse Méndez, emitió un comunicado diciendo: “Le informamos a toda la comunidad de Guaymate que ya se hicieron las licitaciones para el rescate de la planta de tratamiento de aguas residuales, la cual es un foco de contaminación para la ciudad y en los próximos días se estará interviniendo”.

CONTAMINACIÓN SÓNICA Otra de las graves y molestas problemáticas que tienen los moradores de este municipio es la contaminación sónica, principalmente los fines de semana, debido a más de una decena de negocios de expendio de bebidas alcohólicas que tienen sus negocios abiertos y con grandes bocinas, perjudicando la salud auditiva y la tranquilidad de los que residen en las proximidades, e incluso cerca de iglesias, perturbando la paz social. Los lugares más ruidosos están próximos al parque central en el área de las sombrillas y en la calle Juan Pablo Duarte.

Allí se concentran esos negocios, trayendo desasosiego. Una residente en la calle Duarte, de 65 años, la cual no reveló su nombre por miedo a represalias, asegura que tiene más de 20 años sufriendo esa calamidad, al punto que para llamar, escuchar o enviar una nota de voz tiene que trasladarse a la parte trasera de su casa. Afirma que en múltiples ocasiones han levantado su voz para recibir el apoyo de las autoridades competentes, pero solo mejora algunos días y luego vuelve a lo mismo, por lo que ya han perdido el interés y la esperanza de reclamar.

MOTOCICLETAS RUIDOSAS

En ese mismo tenor, los guaymatenses solicitan la intervención de sus autoridades con el tema de los motoristas, sin mofler, otros echando carreras y calibrando el motor, trayendo consigo intranquilidad y desesperación. Estas malas prácticas han provocado varias muertes de valiosos munícipes de diversas edades, por el exceso de velocidad y el ruido ensordecedor.