Es la dificultad para alcanzar el orgasmo luego de un periodo de estímulo sexual prolongado. Se puede producir por múltiples causas ocasionadas por factores que van desde: inicios orgánicos, pasando por psicológicos y llegando al plano cultural.
La ausencia de orgasmos puede estar vinculada a enfermedades que padezcan las afectadas. Las culturales se ponen en práctica por imposición de patrones donde la mujer es considerada un objeto y no un ser humano, no permitiéndole tener iniciativa de insinuar o solicitar el acto sexual, la puesta en práctica de maniobras seductoras no utilizadas anteriormente con su pareja.
Las psicológicas son las más amplias, que inician con el intento o violación sexual de la mujer, en alguna etapa de su vida, rutinización del rito sexual, practicándolo siempre en el mismo lugar, y con las mismas técnicas seductoras utilizadas durante largos años en esa convivencia, ausencia de juegos sexuales, además de la cohibición impuesta por la pareja de satisfacerse él sin preocuparse por su compañera.
El acto sexual es una acción que debe practicarse como si fuera una obra teatral, con un preámbulo: de insinuaciones, galantería, lenguaje corporal seductor, además de la ruptura de barreras y tabúes; en la cama no hay límites ni barreras durante la práctica del acto sexual.
Es de vital importancia pensar en el otro, no tratar de satisfacerse uno sin percatarse del grado de sensación y sentimiento que se encuentra el otro miembro de la pareja, al finalizar el rito sexual. El descubrimiento del punto “G” es la llave del candado de la puerta del placer en la mujer; la mayoría lo poseen en el clítoris, no siendo siempre así, puede localizarse en el cualquier parte del cuerpo de ella, es tarea obligatoria del hombre descubrirlo.
Un preámbulo sublime, rompimiento de rutinas, la práctica de este acto en diferentes lugares del hogar o fuera del mismo, pensar en la pareja, descubrir y saber estimular el punto “G”, es casi seguro en un 95%, que la mujer tendrá un orgasmo: placido, prolongado y placentero, con el resultado de una pareja feliz.
La armonía en la dinámica de las relaciones sexuales es uno de los ejes de sostenimiento en las relaciones de pareja y por lo tanto habrá amor para siempre. “La práctica del rito sexual en las parejas permanente, nunca permitirá que el amor envejezca, no importando los años de existencia de ese idilio”, Federico Leazard.