Tenemos la programación de que perder es malo, que solo importa ganar y que perder es un fracaso, lo que nos genera miedo y evita que nos arriesguemos. En el deporte la mayoría de los atletas también se forman con esta programación. La realidad es que tanto en el deporte como en la vida muchas veces se pierde más y para muestra la historia de Michael Bentt, un boxeador que después de una derrota encontró el verdadero sentido de su vida.
Bentt entrenó boxeo debido a la fuerte presión de su padre y luego de volverse profesional tuvo una oportunidad por el título de los pesos pesados donde ganó. Esto podría llevarnos a creer que todo estaba resuelto, pero como la vida el deporte en ocasiones puede ser muy injusto. En su primera defensa por el título es derrotado en el séptimo round, después de esa pelea se desmaya en el vestidor y tras pasar unos días en coma, los médicos le informan que no puede volver a pelear en su vida debido a una lesión cerebral.
Los boxeadores frecuentemente no tienen otra educación más que el deporte y dejar de pelear es algo traumático ya que no tienen preparación para otra cosa que no sea el box.
A pesar de ser la peor derrota Bentt encontró una salida cuando un periodista le pidió escribir un artículo sobre el boxeo, lo que lo llevó a redactar “La anatomía del Knock out” algo que lo llevó a darse a conocer el mundo del entretenimiento y luego de ese artículo fue contratado para interpretar a Sonny Listo en la película Alí, luego asesoró a Clint Eastwood en la película Million Dollar Baby y ahora es entrenador de boxeo en Hollywood. Todos tenemos un talento y como le pasó a Bentt una derrota nos puede llevar a encontrar nuestro verdadero propósito en la vida.
