miércoles, mayo 1, 2024

Medicosas

Las pesadillas nocturnas

El reposo físico y mental es una función que el ser humano debe considerarla como un hecho obligatorio en su diario vivir; en virtud de que cada órgano y/o aparato que compone nuestro cuerpo tiene un horario y día programado para ejercer sus funciones y descansar. El cerebro y el corazón, que se consideraba que no tenían momento de reposo, alternan cada una de sus áreas para sincronizarlas; y poder descansar sin dejar de ejercer sus funciones.

El ser humano de acuerdo: a su edad, sexo, peso corporal, raza, etc., debe descansar un periodo determinado en el lapso de 24 horas/días. Se ha establecido que un individuo promedio en condiciones óptimas debe descansar, 8 horas interrumpidas diariamente (30% del tiempo del día).

Para que se produzca el sueño, debe de ponerse en funcionamiento una hormona llamada melatonina que se produce en la glándula pituitaria, localizada en la base del cerebro. La estimulación para la liberación de la misma la produce la ausencia o disminución de la intensidad de luz o claridad, trayendo como consecuencia el descenso de la capacidad en su actividad, de los diferentes órganos o sistemas de nuestro cuerpo; induciendo al sueño.

Motivo por el cual no debemos acostarnos con la intención de dormir teniendo: un televisor, una bombilla o un teléfono celular encendido, en vista de que altera la producción de esta hormona y en consecuencia descontrol en el ciclo vigilia/sueño.

Existen múltiples causas que alteran el patrón del sueño, entre las que se encuentran las pesadillas nocturnas, poniéndose de manifiesto luego de acostarnos y haber tenido un periodo de sueño, se nos presenta una escena en el subconsciente en la cual somos los protagonistas, teniendo un contenido aterrador, que nos induce a padecer: de angustia, ansiedad y estrés.

Producto de enfrentamientos a situaciones de diferentes indoles: económicas, psicológicas, trastornos en la dinámica de familia, muerte de un familiar entre otras muchas más, pueden tener episodios cortos y poco frecuentes, o muy prolongados de acuerdo a la causa que lo produzca.

Es más frecuente en adolescentes, y en mujeres. Según estudios realizados no existe un ser viviente que no haya padecido un episodio de pesadilla nocturna por lo menos una vez en la vida. Si se identifica la causa es seguro que dicha problemática desaparecerá.

“Tú eres lo que permitas que tus pensamientos hagan contigo”, Buda.

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