Leyendo una hermosa frase acerca de una de las armas más poderosa del ser humano, me di cuenta que la risa no es solo una expresión de mi estado emocional, sino que también es un arma poderosa y muy eficaz, la cual muy pocos conocemos.
Hoy en medio de todo este caos que nos arropa y parece no terminar jamás, es tan necesario hacernos esta pregunta: ¿Dónde está mi risa? Vemos pasar los días y las horas y solo suspiramos como buscando algo que nos anime y nos haga recordar aquellas carcajadas de risas que a veces nos hacían llorar hasta derramar lágrimas de alegría.
Como extrañamos las risas de nuestros pequeños al jugar en el parque, o al celebrar la victoria de un gran partido de basquetbol en el colegio, ¿dónde está la risa de nuestros primos y familiares al reunirnos en casa? Sin lugar a dudas dentro de las tantas cosas que extrañamos están las sonrisas, las risas y los abrazos de aquellos que amamos.
Dios, es un dios de júbilo, danza y gozo, Él cambia nuestros lamentos en danza y pone cánticos en nuestra boca llenándola de risas, al sanar nuestras heridas, responder nuestras oraciones, liberar provisiones para nosotros, al proteger nuestro camino, porque Dios siente placer y se complace al ver a sus hijos sonreír de gozo y alegría.
Vuelve a reír, que tu risa se encienda una vez más y tu corazón se llene de fe y esperanza, para poder defender cada propósito y asignación dada por tu Creador, porque tu risa es un arma eficaz en contra de toda tristeza, depresión, culpabilidad, intimidación, rechazo y contra todo ataque de pensamientos negativos. Aprendamos a usar esa arma tan poderosa para librar cada batalla que se levante en contra de nuestra alma, nuestras emociones y nuestros sentimientos, para debilitarnos.
Recordemos que nuestra risa siempre será saludable para nuestro propio organismo, nuestro estado emocional, espiritual, familiar y social ya que no hay nada tan contagioso como una gran risa a carcajadas, siempre vamos a inspirar a alguien más con nuestra risa, y no sabemos cómo sanamos corazones rotos y heridos con solo darle unas cuantas dosis de una risa genuina y sincera con espontaneidad que salga de un corazón que rebose de gozo y alegría.
Hoy te aliento a buscar un motivo, una razón para reír, y ver cuán eficaz es tu risa.