…estoy con ustedes todos los días hasta el fin. (Mateo 28:20). Qué difícil es estar en conflicto, problema y necesidad sin poder tener a alguien que nos apoye, anime y consuele, sentimos como que todos aquellos en quienes hemos confiado y creído nos fallan justo en el momento que más los necesitamos.
Ciertamente no hay nadie perfecto y todos de una manera u otra fallamos, justo cuando no debemos hacerlo. Hoy vemos como existen matrimonios donde el esposo le falla a la esposa, padres que les fallan a sus hijos, hijos que les fallan a los padres, presidentes que les fallan a su nación, maestros que les fallan a sus alumnos, empleados que les fallan a sus parones, pastores que les fallan a las ovejas, ovejas que les fallan a Dios… y la lista puede ser interminable, pero hay uno que nos prometió que nunca nos fallaría y que todos los días y en toda crisis, problema y error siempre estaría con nosotros hasta el fin: Dios nunca falla.
Dios es tan fiel y está tan comprometido con nosotros que nos envió a su hijo para que estuviera aquí en la tierra y cuando el hijo iba a partir al cielo nos prometió que no estaríamos solos y que nos enviaría al Consolador, al ayudador, al Espíritu Santo, para que esté con nosotros y nos ayude, por eso cuando estés pasando por situaciones dolorosas y difíciles no dudes en buscar al ayudador, porque él nunca nos falla.
Es necesario que podamos entender que como nunca antes debemos confiar en esa gran promesa de nuestro señor: no te dejaré, estaré hasta el fin. De cierto el nunca fallará a ni una de sus promesas. Él no te fallará a ti, ni a ninguno de los tuyos. Te cuidará y te guardará como a la niña de sus ojos. Puedes creer en su cuidado y fidelidad.
Quiero declararte esta palabra de aliento en este día, para que en medio de tu situación te levantes y puedas creer que aunque todos te han fallado, en medio de tu aflicción y necesidad, en el conflicto matrimonial, en tu situación económica, de salud, ministerial, familiar Dios nunca falla. Levántate y cree con toda certeza en la fidelidad de sus promesas para ti y los tuyos, aunque parezca todo lo contrario Dios no nos falla.