Es causada por la disminución de la cantidad de glóbulos rojo en la sangre. Está estipulado que deben de existir de cuatro a cuatro y medio millones por centímetros cúbicos en la mujer, y en el hombre de cuatro y medio a cinco millones; la diferencia entre sexo se debe al sangrado que presentan las mujeres mensualmente por el periodo de la menstruación; durante perdure la actividad de las hormonas femeninas que estimulan o ejecutan este proceso en el cuerpo de estas.
Se manifiesta de diferentes maneras y puede ser ocasionada por varios factores: mala calidad de los alimentos que consumimos (poca o ausencia de proteínas en ellos), padecimiento de parasitosis intestinal, deficiencia de algunas vitaminas, factores asociados a lineamientos culturales alimenticios, así como también el sometimiento a dietas estrictas sin supervisión médica; puede asociarse a causas de origen genético como es el caso de la falsemia y sus variantes, embarazos y otras muchas causas.
Debe ser una rutina la realización, por lo menos una vez al año, de pruebas de laboratorio: hemograma, coprológico y orina.
Se manifiesta de múltiples maneras: mareos, palidez en la piel, debilidad general entre otros muchos síntomas. El tratamiento debe ir dirigido específicamente a la causa que la produce en caso de ser parasitosis, eliminarlos, consumo de una dieta adecuada, uso de suplementos vitamínicos.
Debe tenerse en cuenta que no es la cantidad de alimentos que ingerimos lo que nos induce a no tener anemia, es la calidad de los mismos. Se ha observado que personas que ingieren alimentos con poca o sin grasa (huevos salcochados, carne procesada en su propia grasa, cereales salcochados, ensaladas y frutas de diferentes clases); tienen un buen estado nutricional.
No es quien más come, es quien sabe elegir los alimentos que ingiere, el que no está expuesto a padecer anemia.