viernes, abril 26, 2024
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Desarme y turismo

Hace algún tiempo que se viene hablando del desarme total de la población civil. Recientemente se ha retomado el tema y se habla de sacar de las calles las armas ilegales, con la finalidad de aumentar la seguridad ciudadana. El ministro de Interior y Policía ha revelado que solo se sacarán de las calles las armas ilegales. Pero ¿sabe el ministro dónde están esas armas? ¿Hay que hacer un programa para disuadir a los delincuentes a entregar voluntariamente sus armas?
A estas alturas de la discusión proponemos hacernos tres preguntas: ¿Hay países donde los civiles no tienen armas? ¿Hay países donde la policía patrulla sin armas de fuego? Y más importante aún, ¿hay más o menos criminalidad en los lugares donde ni la policía ni los civiles portan armas? Veamos primero cinco países donde la policía no porta armas: Reino Unido, Irlanda, Islandia, Noruega y Nueva Zelanda. Muchos preguntarán sobre los niveles de criminalidad en esos países. Resulta que la criminalidad es mucho más baja que en otros donde la policía porta armas y que la población espera que las porten.
«Sería imposible para nosotros hacer nuestro trabajo si no estuviéramos armados», le decía a la BBC el coronel Richie Johnson, de la oficina del sheriff en Luisiana (Estados Unidos)”, si acudes en respuesta a una llamada, te preguntan ‘¿Dónde está tu metralleta?'», aseguraba este oficial. En el otro lado, Japón tiene un bajo índice de criminalidad y es el país donde es más difícil obtener una licencia para poseer un arma, es decir, la población civil está, prácticamente, desarmada.
En Islandia, por ejemplo “los crímenes violentos son prácticamente inexistentes”, según confiesa un estudiante de derecho de Boston de visita en ese país. “La gente parecía relajada con el tema de su seguridad y la de sus hijos hasta el punto de que los padres dejaban a los niños solos en la calle”, según dijo a la prensa.
Hoy que hablamos del turismo de las cosas, si usted viniera de un país donde la policía no porta armas, y viera a unos agentes, fuertemente armados como los nuestros, y a civiles portando armas visiblemente, lejos de sentirse seguro, tal vez pensaría que este es un lugar altamente inseguro y violento para necesitar tal ostentación de poder de fuego en las calles. A veces parecemos una ciudad sitiada y en estado de guerra.
Y la población, ¿Necesita estar armada? No. Si bien es cierto que muchos tenemos negocios y necesitamos sentirnos seguros, la realidad es que la gran mayoría de los portadores y tenedores de armas de fuego legales no tiene ni idea de su uso para protegerse y nunca han asistido a un polígono de tiro a fin de tener las destrezas necesarias para usarlas con seguridad. Entonces, más que una solución a la criminalidad, poseer un arma se convierte en otro problema de seguridad y mucho más trabajo para las autoridades.
La seguridad ciudadana va más allá de la ostentación de armas por los ciudadanos o incluso por la policía. Si las autoridades saben, como han confesado la cantidad de armas ilegales existentes, es cuestión de ubicarlas y decomisarlas, pues un arma de fuego es una herramienta de trabajo para el delincuente, y no creemos que las entreguen atendiendo solo al llamado de las autoridades.

Sin Tapujos

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