LA ROMANA. En tan sólo ocho días, al menos tres personas tomaron la trágica decisión de poner fin a sus vidas, practicando el suicidio en esta provincia, situación que mantiene preocupados a profesionales de la salud mental, quienes atribuyen esta tendencia a episodios de depresión posiblemente asociados a la pandemia del covid-19, sobre todo en el ámbito económico.
De acuerdo al informe del Observatorio de Seguridad Ciudadana República Dominicana (OSC-RD), elaborado por el Ministerio de Interior y Policía, en el año 2020 en el país se produjeron 597 casos de muertes intencionales por suicidios. De estos datos, los ahorcamientos continúan siendo el método de mayor frecuencia, con el 66% de los casos, seguido por envenenamiento y arma de fuego con un 16% y 10%, respectivamente.
En lo referente al género, el 84% de todos los casos corresponde a hombres, mientras las mujeres ocupan el restante 16%. En cuanto a la región Este, cabe destacar que la provincia con mayor cantidad de estas muertes intencionales fue La Romana con 20, luego La Altagracia, con 18 y El Seibo, con 10.
DATOS RECIENTES
El caso más reciente de suicidio ocurrió el pasado miércoles 21 de abril, en el sector “Los Colonos” de esta ciudad. La víctima fue identificada como Ramón Francisco Mercedes Amparo, de 76 años. La hija del occiso, Margarita Mercedes, precisó que su padre le había comentado sus intenciones de quitarse la vida.
“Él me había dicho en varias ocasiones que se iba ahorcar, y yo le dije que no lo hiciera, que yo estaba delicada de salud, pero cuando vine aquí, ya él lo había hecho”, dijo la mujer.
Un día antes de este acontecimiento, Santo Ruiz Beras, de 38 años, y quien se desempeñaba como supervisor de una estación de combustible ubicada en la avenida Santa Rosa de esta localidad, murió a causa de asfixia por ahorcamiento, según las autoridades. El hecho tuvo lugar en la parte posterior del referido establecimiento.
Esta acción perpetrada por Ruiz Beras, sorprendió a familiares y compañeros de trabajo, quienes lo describieron como una agradable persona, serio, sincero y trabajador. El hermano gemelo de la víctima, explica que “de verdad no sé qué pasó, que lo sepa no tenía problemas. Nunca me comentó nada”.
Adicional a estos casos, se reportó también el fallecimiento de Freddy Antonio de la Rosa Morales, el pasado 13 de abril, en el municipio de Villa Hermosa. El occiso laboraba en el área de construcción, cuando decidió poner fin a su vida. Fue encontrado por las autoridades colgando de un árbol. Dos semanas antes, se había reportado la muerte del romanense Edward D’ Oleo, de 31 años, quien se suicidó próximo al Rio Soco.
DIFÍCIL PARA FAMILIARES
El psicólogo Carlos Jones sostiene que superar el duelo de una muerte que ocurrió de manera súbita se vuelve “algo fuerte” para el pariente, porque es una situación que realmente no se esperaba. “Lo primero que ocurre es un choque emocional, y ahí viene la segunda etapa, que es la negación, que en el caso de una muerte provocada por un suicidio se acrecienta porque el paciente se rehúsa a entender que su familiar pudo pasar por una situación como esa”, informó el especialista.
Agregó que otro factor importante a resaltar sobre este tema, es que el familiar tiende a asumir un cierto grado de responsabilidad o culpabilidad, donde se pueden generar expresiones como “yo lo sabía y pude haberlo evitado”; “yo lo dejé que saliera y él no estaba bien; estaba depresivo”, y empiezan muchas veces a crear sentimientos de culpa por la situación.
Dijo que el tratamiento que se le brinda a este tipo de pacientes dependerá del estado de la persona. “Hay algunos que quizás nos tomarían entre 15, 20 y hasta 25 secciones de terapias para duelos no resueltos y demás, también cognitivas, entre otras”, aseveró Jones.
RECOMENDACIONES
Oneida Páez, quien preside el Clúster Dominicano de Profesionales de la Salud Mental (Cludoprosme) a nivel nacional, indicó que desde el referido organismo se promueve la salud mental de manera preventiva, la cual permite que aquel que esté padeciendo de algún problema emocional o psicológico pueda tratarse a tiempo, y de esta forma evitar un final catastrófico, como puede ser el suicidio.
Indicó que “debemos hacer conciencia de que la salud mental es salud, igual que la física. Una persona que constantemente sienta que tenga ciertos trastornos emocionales, debe llegar a donde el especialista”.
Con relación a los casos expuestos, donde la mayoría de las personas que decidieron poner fin a sus vidas tenían menos de 40 años, precisó que en los jóvenes hay un tema de manejo de emociones y de cómo gestionar esa emoción. “La falta de experiencia en la juventud, de no saber enfrentar situaciones, da como resultado que las estadísticas sean más elevadas en número”, exclamó Páez.
La presidenta de Cludoprosme, indicó que las consultas con pacientes que tienen ideas suicidas son bastante elevadas. Sin embargo, señala que todos los casos que ha tratado en la ONG que dirige, se han manejado bastante bien y los pacientes se han recuperado y evolucionado de manera positiva.
Agregó que “el tiempo de terapia siempre va a depender de que tan resiliente es la persona que se nos acerca, el apoyo familiar que tenga ese paciente y la actitud misma de la persona que se esté asistiendo”.