VERÓN.- La rinitis es un trastorno que afecta a la mucosa nasal y que produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y, en ocasiones, falta de olfato. Estos síntomas se presentan generalmente durante dos o más días consecutivos y a lo largo de más de una hora la mayoría de los días.
La rinitis alérgica es la forma más común de rinitis no infecciosa, sin embargo, no es igual a asma, pero puede ser un indicador de que la persona que la padece tiene una especial predisposición a desarrollar más adelante los síntomas (tos seca, sensación de falta de aire, sibilancias, etc.) característicos de una hiperreactividad bronquial.
Es más frecuente en «pacientes con historial personal y familiar de atopia y en pacientes que viven en zonas con mayor índice de contaminación o los que están expuestos al humo del tabaco», según la experta del Hospital de Getafe.
El principal factor que causa la rinitis son los aeroalérgenos, que suelen clasificarse como agentes de interior, exterior y laborales.
En el caso de los primeros, los más importantes son los ácaros del polvo doméstico (unos parásitos más pequeños que la punta de un alfiler que se encuentran por centenares en el interior de los colchones y alfombras de las casas), así como la saliva, los epitelios u orina de animales (gatos, perros, hámsters).
La rinitis estacional aparece con la llegada del polen. Los afectados pueden notar en la nariz, el paladar, la parte posterior de la garganta y los ojos un picor que empieza de forma gradual o bruscamente. Por lo general, los pacientes presentan ojos llorosos, estornudos y lacaída de agüilla clara por la nariz.