PUNTA CANA. Las elecciones presidenciales y congresuales son el próximo domingo 19, con una serie de cambios que han revolucionado el escenario político electoral en República Dominicana Desde la celebración de debates electorales en todos los niveles hasta la implementación del voto penitenciario, el país está experimentando una transformación sin precedentes en su proceso democrático. Sin embargo, estas innovaciones no están exentas de controversias, con discusiones que revelan tanto deseos idealistas como respuestas desafiantes.
En medio de este panorama, surge la pregunta: ¿Qué desafíos y oportunidades traerá consigo este nuevo capítulo en la historia dominicana?»
EL 19 LLEGA EL 24
En el imaginario dominicano, cada 4 años hay un nuevo comienzo. Es común oír a la oposición decir, al inicio de un gobierno, por ejemplo, en el 2016: “sigan ahí que el 20 llega”. Hasta que un día, sin pensarlo quizás, llega la fecha esperada. Pero el mundo sigue rodando y, al parecer, nada fundamental cambia.
Las elecciones sirven hasta para remedio. En la cercanía de un proceso electoral, la excusa más socorrida para quedar mal es decir: “tranquilo, eso lo hacemos después de las elecciones”, como si con las elecciones se esperara un apagón de todo, cuando lo único que se ha apagado es el deseo de cumplir los compromisos pactados.
Pero es solo una excusa, como lo es la del fin de año, en donde se dice comúnmente: “eso lo hacemos el año que viene”, sin importar que estemos a 31 de diciembre. A veces se amenaza con el año electoral: “tranquilo, que el 24’ llega”. Después, la amenaza es con el día de las elecciones: “por suerte que el 19 está cerca”, se oye decir. Por eso, este 19 de mayo llegará el “24”, año en el que los opositores al gobierno amenazaron con volver a detentar el Poder Ejecutivo. DEBATES Estas elecciones trajeron sus novedades.
La primera y más grande fueron los debates electorales en los niveles de elección que se disputarán este 19 de mayo, realizados en casi todo el país. Debatieron los aspirantes a diputados y diputadas, los aspirantes a senadores y senadoras, las aspirantes a la vicepresidencia y los principales aspirantes a la presidencia de la república. Muchos estiman que no fue un debate democrático porque no se invitó a los aspirantes presidenciales y vicepresidenciales de los partidos pequeños.
La gran sorpresa fue la aceptación a debatir del presidente Luis Abinader, sentando un precedente. Esto así, porque por primera vez un candidato avorito, según las encuestas, acepta ir a un debate con competidores a los que cuadruplica o hasta quintuplica en la intención de voto. Si hacemos un símil con los debates en Estados Unidos, encontramos que allí, normalmente, debaten, solo los candidatos Demócratas y Republicanos.
Por ello, mucha gente fuera de allí llega a pensar que solo existen los demócratas y los republicanos. Desconociendo que allá también hay muchos partidos políticos. Según la Wikipedia: “Los principales partidos políticos son el Partido Republicano y el Partido Demócrata, que dominan la escena política por lo que algunos consideran el sistema de este país como una democracia bipartidista”. Pero la misma fuente sigue diciendo: “Otros partidos de menor importancia son el Partido Verde, el Partido de la Constitución y el Partido Libertario. Sin embargo, prácticamente, no tienen representatividad en virtud de que el partido Demócrata y el Republicano tienen más del 95 % de la representación territorial”.
En República Dominicana, también pasa algo pareido. Durante mucho tiempo solo hubo dos partidos grandes que iban a elecciones generales y se repartían el pastel electoral. A partir de ahora, nadie podrá decir que no va a debatir porque las encuestas o la percepción le colocan en lugares punteros, aduciendo que no tienen nada que buscar en un debate. De ahora en adelante, si alguien se convoca al debate y no va, su silla quedará vacía como muestra de su negativa y arrogancia.
Los debates concitaron una amplia audiencia a nivel nacional. Sin embargo, las expectativas no fueron satisfechas, pues, en un debate, cuando alguien se opone a algún punto de vista, el contrario, en muchos casos, le responde, incluso haciéndole alguna pregunta. En el debate presidencial, el momento más parecido a un debate real ocurrió cuando el candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se mostró en desacuerdo con las pensiones solidarias, a lo que el presidente de la república respondió que le dijera con cuáles pensiones no estaba de acuerdo para revisarlas.
Otro aspecto que deslució los debates fue que cuando se le preguntaba a los candidatos, tanto congresales como presidenciales, sobre dos acciones que tomarían en caso de obtener el triunfo, la mayoría respondió con deseos idealistas más que con propuestas pensadas. De esta forma, demostraron que, aparentemente, en ningún nivel de elección, en ninguna demarcación y en ningún partido, los candidatos tenían un programa definitivo, por lo menos en los ejes en los que se les cuestionó. A pesar de que los dominicanos estuvimos centrados en el debate presidencial, no fue este el de mayor lucidez.
Para muchos, a juzgar por sus opiniones posteriores, el más lucido fue el debate de las candidatas a la vicepresidencia, destacándose la candidata del PLD, Soraima Cuello.
La razón puede encontrarse en que, quizás por ser menos conocida que la candidata vicepresidencial del PRM, Raquel Peña, una vicepresidenta que ha sido definida como “todo terreno”, las respuestas de Soraima, actualizadas y con muchos datos sobre la mayoría de los ejes temáticos tratados, sorprendieron a los espectadores del debate.
VOTO PENITENCIARIO
Otra novedad que traerán estas elecciones será el voto penitenciario. Es decir, que los privados de libertad en condición de preventivos podrán ejercer su derecho al voto. Si a partir de ahora los internos preventivos podrán elegir, es de esperarse que, en el futuro, también exijan su derecho a ser elegibles, y veamos a alguien ganar una curul en el Congreso o alguna representación municipal, estando privado de libertad. Hay que recordar que del voto penitenciario se habló por primera vez el 22 de septiembre del 2011, cuando la Junta Central Electoral (JCE), presidida entonces por Roberto Rosario Márquez, aprobó el reglamento para que los presos preventivos pudieran votar.
La resolución 31-2024 es la que establece el procedimiento para el sufragio en 21 recintos penitenciarios. Los privados de libertad que podrán otar son los que se encuentran en calidad de preventivos, y los que no hayan sido condenados definitivamente, cuyos procesos no hayan adquirido la calidad de la cosa irrevocablemente juzgada. Sin embargo, en la cárcel de El Seibo, posiblemente, los internos preventivos no podrán votar. Inexplicablemente, este recinto carcelario no aparece en el gráfico de centros penitenciarios donde los internos podrán votar.
En sentido general, las cárceles solo podrán ejercer su derecho al voto en el nivel presidencial, debido a que muchos son internos en recintos carcelarios fuera de sus demarcaciones, y, por tanto, la JCE estimó que no era prudente permitirles votar en el nivel Congresual. LA JCE A pesar de que casi todas las encuestas dan un seguro ganador, la JCE ha tenido que intervenir en muchos casos de candidaturas, sobre todo a diputados. Pues, ha habido denuncias de que en algunas circunscripciones no se cumplía con las cuotas, y en otros de que se decidió se eligiera por encuestas, y luego resultó que se quiso poner a candidatos designados por el dedo todopoderoso de la dirección del partido o por alguna reserva.
Tal es el caso del dirigente del Partido Fuerza del Pueblo (FP), Rafael Paz, en la circunscripción número 1 del Distrito Nacional. El caso de Paz ha sido tan sonoro, que el candidato Andy Morales, a quien la FP sacó de la boleta, advirtió que no iba a renunciar y que ni Paz ni “el diablo” le iban a quitar su candidatura que ganó por encuesta. Finalmente, ganó Morales y Paz se quedó fuera, por decisión de la JCE.