En Manitoba, Canadá, los osos polares dependen del hielo marino que cubre gran parte de la bahía de Hudson durante la mayor parte del año para cazar focas ricas en grasa.
Sin embargo, cuando llegan los días más cálidos del verano y el hielo se derrite, se ven obligados a llegar a tierra firme, donde la situación cambia drásticamente y la vida ya no es tan fácil para estas criaturas gigantes.
Al quedarse sin acceso a alimentos adecuados, los osos deben subsistir con sus reservas de grasa durante varios meses. El cambio climático está haciendo que esta espera sea aún más larga, ya que las temperaturas más cálidas están derritiendo el hielo marino antes en primavera y lo están solidificando más tarde en otoño.
El Ártico se está calentando el doble de rápido que el resto del mundo, según los estudios. La gran incógnita es: ¿cómo se adaptarán los osos polares a pasar más tiempo en tierra?
Desafortunadamente, según un nuevo estudio publicado esta semana en Nature, la respuesta no es muy alentadora. El estudio revela que los osos polares, lejos de descansar como se creía, buscan activamente alimentos como aves y bayas mientras están en tierra.
Sin embargo, este comportamiento tiene un costo: los osos gastan tanta energía buscando comida que igualan la cantidad de energía que obtienen al comer. Durante las tres semanas de estudio, los osos perdieron un promedio de más de un kilogramo de peso por día mientras esperaban que volviera a formarse el hielo.
