MÉXICO. En algún momento después de que Hernán Cortés conquistara Tenochtitlan, la capital del imperio azteca en lo que hoy es Ciudad de México, un hogar indígena que sobrevivió a la invasión española organizó un altar que incluía incienso y una olla con cenizas humanas.
Los restos de esa elaborada ofrenda han sido desenterrados por arqueólogos tras meses de excavaciones cerca de la turística Plaza Garibaldi, en el centro de la capital mexicana y famosa por sus actuaciones de mariachis, dijo el martes la Secretaría de Cultura. Tras la caída de Tenochtitlan, probablemente entre los años 1521 y 1610, el altar de la familia mexica se hizo “para dar testimonio de que así terminaba un ciclo de sus vidas y de su civilización”, dijo la dependencia en un comunicado.
La ofrenda fue localizada en una antigua casa conformada por una estancia y un corredor que conecta a cinco habitaciones que aún mantiene sus estucos originales. Una de ellas fue cocina y también fue descubierto un patio donde se localizó el montaje, de acuerdo al comunicado. Tenochtitlan, fundada en 1325, fue una de las mayores ciudades de su época y de las más importantes en Mesoamérica.
Varios descubrimientos antiguos en la capital mexicana en los últimos años, incluidos algunos en el bullicioso centro como los vestigios de una cancha ceremonial de pelota y una torre de cráneos humanos, han arrojado nueva luz sobre la civilización azteca.
Fuente: Reuters Noticias