PUNTA CANA. Una adicción es una conducta peligrosa de consumo de sustancias o productos de los que es complicado desprenderse ya que producen dependencia.
La adicción a las tecnologías hace referencia al uso inadecuado y desmesurado de internet, móviles, ordenadores, videojuegos… Se da cuando una persona utiliza cada vez más los dispositivos tecnológicos, perdiendo poco a poco el poder de gestionar el tiempo y modo de uso, así como creando un malestar (incluso ansiedad y estrés) en momentos en los que no pueden ser utilizados, generando supeditación hacia el uso de ese objeto.
El uso inapropiado y prolongado de las tecnologías, unido a sus avances y continuas mejoras y modificaciones, producen en algunas personas adicción a estos dispositivos y servicios. Existen diversos comportamientos que indican que una persona puede encontrarse en esta situación:
Aislamiento social directo: utilizan las tecnologías para relacionarse pero se alejan del contacto directo con los demás.
Desatender actividades diarias.
Gran dependencia digital, llegando incluso a la incapacidad para realizar actividades y gestiones habituales sin el uso de las tecnologías.
Aumento descontrolado del tiempo de uso.
Sentimientos de tristeza e irritabilidad si no tienen acceso a las TIC.
Reducción de las horas de sueño.
Y en algunas ocasiones se puede dar:
Fuerte sentimiento de necesidad de información, precisan de consultar internet de forma constante para conocer todo sobre temas de su interés.
Deseo por tener lo último en nuevas tecnologías para sentirse bien.
Dependencia de las interacciones y feedback en las redes sociales: malestar si no consiguen los “me gusta” esperados. La sintomatología que surge de una adicción a la tecnología acaba afectando a la vida diaria de quienes la padecen. Lo más habitual en esta situación es:
Ruptura y desaparición de las relaciones sociales directas y reales debido al aislamiento que la persona adicta desarrolla.
Destrucción del mundo real, siendo sustituido por el digital.
Desarrollo de la nomofobia: miedo irracional a estar sin teléfono móvil o que este no esté operativo (cobertura, batería).
Pérdida de la noción del tiempo.
Sentimientos de enfado o estrés.
Disminución de las horas de hábitos saludables diarios como dormir o comer, siendo ocupado ese tiempo por las tecnologías.
Falta de concentración.
La comunicación familiar y social se vuelve más complicada. Desde el ámbito psicológico se puede obtener ayuda para superar una adicción. Concretamente la tecnológica puede ser tratada de dos formas —mediante psicoterapia con un profesional o si la causa de la ansiedad es orgánica con medicación siempre y cuando sea recetada por un médico—. Además se pueden seguir algunos puntos clave para su superación:
Disminuir el tiempo de uso estableciendo unos horarios y actividades concretas a realizar con las tecnologías.
Pedir ayuda.
Hablar de la situación y sentimientos.
Respetar el tiempo de actividades diarias habituales como dormir o comer.
Dedicar tiempo cada día a las relaciones sociales en la vida real.
Realizar actividades al aire libre.
En cuanto a la intervención terapéutica con psicólogos expertos en la materia, el número de sesiones y tipo de terapia dependerá del sujeto concreto, sus necesidades y situación a resolver. Lo que es importante remarcar es que, en casos de adicción, siempre es recomendable acudir a un profesional que ayude a superarlo de forma saludable y positiva.