LA ROMANA. Al parecer la Procuraduría General de la República (PGR), no tiene conocimiento de la forma en que opera la Unidad de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales de esta ciudad. Y es que este lugar llamado a garantizar la prevención, erradicación y sancionar cualquier conducta que tienda a causar daños físicos, verbales y sexuales a hombres, mujeres, niños y adolescentes, está en condiciones deplorables.
El mismo no está ubicado en un lugar de rápido acceso y visible a los que pudieran solicitar sus servicios. Además de que la mayoría de las personas, para llegar a la unidad tienen que preguntar por la dirección correcta y cuando están frente a la unidad dudan sobre si llegaron al lugar correcto, esto porque la primera impresión que percibe el denunciante es que está frente a una casa o propiedad abandonada.
La fachada presenta un descuido total, paredes descascaradas, rejillas oxidadas, un toldo viejo y roto, verja perimetral con falta de pintura, tampoco tienen un letrero que especifique que allí funciona una unidad de la PGR. Otra necesidad es la falta de asientos, y los que hay están maltratados. También, una parte del techo se está cayendo, tiene con grietas, filtraciones y está descascarado, algunas de las puertas y ventanas están rotas y otras no cierran.
El baño, aunque presenta buena higiene, no tiene techo, lo que obliga a hombres y mujeres a realizar sus actividades fisiológicas a la intemperie, bajo el sol o la lluvia. Las oficinas y áreas de esperas destinadas a víctimas o cuentan con aire acondicionado o abanicos.
Antes el entorno del lugar presumía una jardinería y vegetación abundante, pero en la actualidad luce árido, con pocas plantas y las que aún sobreviven están desprovistas de un mantenimiento adecuado. La edificación carece de un parqueo, lo que dificulta a los conductores un lugar seguro para sus vehículos, lo que a su vez causa molestias a los residentes de los apartamentos y casas del lugar.