SANTO DOMINGO. La pandemia de la covid-19 ha impactado negativamente la dinámica socioeconómica y el estilo de vida de las familias en la República Dominicana, y ha causado un deterioro sin precedentes del estado nutricional de niños y adolescentes, lo que se traduce en sobrepeso y obesidad.
Durante la pandemia se cambió la pizarra por la pantalla, se activó el teletrabajo, se aumentó la carga sanitaria, fueron cerrados muchos negocios y la población fue sometida a cuarentena en la casa como protección para evitar el contagio.
Así lo explicó la doctora Mariella Cedano Núñez, pediatra endocrinóloga-docente universitaria de Hospiten Santo Domingo, quien aseguró que ese sobrepeso y la obesidad se convirtieron en factores de riesgos para desarrollar enfermedades como diabetes, hipertensión, hígado graso, dislipidemias, cáncer, entre otras.
Agregó, “que estas son enfermedades crónicas no transmisibles que pueden aparecer de manera temprana, acortando la calidad de vida de quienes la presentan y elevan el gasto del país en materia de salud”,
Indicó Cedano Núñez, que además de las complicaciones cardiometabólicas mencionadas, la obesidad puede provocar que los cambios puberales progresen rápidamente, y causen deformidad en las extremidades inferiores, apnea del sueño, baja autoestima y otras consecuencias negativas en detrimento de la salud de los pequeños.
Como solución, la profesional de la salud recomienda adoptar hábitos saludables que incluyan a toda la familia con una alimentación sana, variada y suficiente e incluir la práctica del deporte y actividades físicas, así como visita regular al pediatra de cabecera para vigilar el crecimiento.
Cedano Núñez sugirió –además- asistencia médica especializada si el niño o adolescente “ganan peso por encima de lo esperado”; disminuir a una hora por día el tiempo de exposición a pantallas y adecuado descanso, para tener una buena higiene del sueño.
Dijo que la buena alimentación debe incluir más frutas y vegetales, en porciones adecuadas, disminuir el consumo de bebidas azucaradas y comida procesada, además de tener más conexión familiar, que permita una mayor unión emocional y espiritual.