En el ámbito periodístico nacional, persiste un debate interesante sobre la coexistencia entre periodistas profesionales, formados en universidades, y quienes carecen de la formación académica exigida por esta noble profesión.
Esta dualidad genera una discusión constante sobre la calidad en el ejercicio del periodismo. Los periodistas profesionales, egresados de escuelas de comunicación, han sido preparados para enfrentar los desafíos éticos y técnicos que demanda el campo periodístico.
En el otro extremo están aquellos que ejercen el periodismo sin la base académica necesaria para comprender la complejidad y responsabilidad que implica informar verazmente a la sociedad. Aunque la Constitución dominicana consagra la libertad de expresión, su interpretación no debe confundirse con la práctica del periodismo.
La libertad de expresión es un derecho fundamental que garantiza la pluralidad de opiniones, pero el ejercicio periodístico exige competencias específicas que van más allá de la mera opinión o difusión de información sin rigor.
Esta situación ha llevado a la proliferación de individuos autodenominados «comunicadores» que utilizan plataformas digitales y medios sin haber adquirido siquiera los fundamentos básicos del periodismo.
Además, la creación desmedida de periódicos digitales sin un conocimiento profundo de la ética periodística ni de los estándares de calidad ha diluido la credibilidad de la información en el entorno mediático dominicano.
El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) no ha podido contrarrestar la creciente presencia de individuos no formados en el campo periodístico. Esto plantea la necesidad de abordar la integridad y calidad del periodismo en el país, de priorizar la importancia de la formación académica en este campo profesional.
La profesionalización garantiza no sólo la veracidad y ética en la información, sino también respeto a las audiencias y salvaguarda de la democracia, al proporcionar información veraz y fundamentada. Es crucial impulsar medidas que promuevan la capacitación de quienes ejercen esta profesión, protegiendo así la integridad de la información y la credibilidad del periodismo como pilar fundamental de una sociedad democrática.