viernes, noviembre 22, 2024

Mi pastor

El Señor es mi pastor y nada me faltará (Salmos 23:1). Cada vez que tenemos la oportunidad de leer este pasaje de las sagradas escrituras, es como si aliento y paz inundara nuestro ser, al poder recibir una promesa tan grande y animadora de parte de nuestro Creador.
Nosotros cual oveja de su prado necesitamos el ser pastoreados por nuestro pastor que con su vara y su callado nos da aliento, fortaleza, vida, descanso, dirección, protección, provisión y todo cuanto necesitamos. Siempre nos hace descansar y podemos estar confiados en su guiansa por las sendas de justicia, guardándonos con su bondad e inagotable misericordia todos los días de nuestra vida.
Nuestro pastor, el señor Dios todopoderoso nos hace descansar en delicados pastos y junto a aguas frescas nos pastoreara de manera tal que no nos fatigaremos, ni en medio de las pruebas y adversidades desmallemos.
Es triste ver y oír personas decir: no tengo a nadie, me dejaron sola etc. Cuando tenemos un pastor que siempre está con nosotros protegiéndonos, guardándonos y haciéndonos compañía sin importar nuestra condición. Él quiere que siempre lo reconozcamos como nuestro pastor, porque cuando Él es reconocido como pastor jamás nos faltará nada y estaremos guardados de todo peligro y asechanza y sobre todo preparará mesa en presencia de nuestros angustiadores.
Cuando vemos al Señor como nuestro pastor siempre lo vamos a ver como un padre que nos abraza y nos protege, nos provee y nos da amor incondicional. Es esa paternidad lo que nos hace vivir confiados, cubierto y seguro al saber que el Señor es nuestro pastor y que nada, absolutamente nada nos faltará.
Así como un padre responsable cuida y vela en todo momento por su hijo, así nuestro pastor hace con cada uno de nosotros. Hoy quizás al leer estas palabras pienses: exactamente un pastor, un padre que cuide de mí, que me anime, me de aliento y esperanza es lo que siempre he necesitado y a pesar de buscar y buscar no lo he encontrado, pero estas palabras son para ti: tú tienes un pastor y padre que cuida de ti y nunca te abandonará.
Que hoy su vara y su callado te infundan aliento, fuerza y vida, y puedas levantarte de toda condición y puedas reconocer que no importa lo que pase, el Señor es tu pastor y nada te faltará y te pastoreará y te guiará por sendas de justicia.

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