El papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la región es un tema que genera opiniones diversas, y su valoración puede depender del cristal con que se mire.
En el caso de República Dominicana, la percepción de la OEA ha estado influenciada por las circunstancias políticas y diplomáticas. Es importante recordar que la OEA es una organización internacional cuyo objetivo principal es promover la cooperación y la paz en el continente americano.
Su mandato incluye la resolución de conflictos, la promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, su eficacia y su imparcialidad a menudo son cuestionadas. En República Dominicana, algunos sectores han expresado críticas hacia la OEA debido a la percepción de que en ocasiones ha tomado posturas que no favorecen los intereses del país.
Esto ha provocado desconfianza en su papel como mediadora, especialmente en asuntos relacionados con Haití, país con el que mantenemos relaciones históricamente caracterizadas por tensiones y conflictos por diversas razones.
Sin embargo, es interesante observar cómo las circunstancias pueden cambiar la percepción sobre el trabajo de la OEA, y de qué tan valiosa pueda ser su intervención en determinadas coyunturas. En el caso del conflicto por el canal que construyen los haitianos para utilizar las aguas del río Masacre, algunos políticos dominicanos que previamente cuestionaron a la OEA ahora la invocan como mediadora.
Esto sugiere, pues, que cuando se trata de situaciones de conflicto que pueden afectar directamente a República Dominicana, se reconoce la importancia de contar con una organización internacional para la resolución de disputas. Este cambio en la actitud hacia la OEA también puede reflejar una comprensión de que, a pesar de las críticas pasadas, la organización puede desempeñar un papel constructivo en la búsqueda de soluciones diplomáticas y en la prevención de conflictos.