domingo, noviembre 24, 2024
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Algo más que palabras

Voluntades en favor de la concordia

Víctor CORCOBA HERRERO

corcoba@telefonica.net  

En un mundo conflictivo como el actual, se requiere un esfuerzo permanente por parte de todos los humanos, para poder generar una mentalidad de quietud; y, así, poder instaurar una atmósfera de unión y unidad entre moradores diversos. Para empezar con la tarea, de aminorar bloques antagonistas, debemos huir de este clima de tensión que, aparte de no facilitar la lucha contra la adversidad, nos enfrenta entre sí, cuando en realidad lo que necesitamos es una conjunción de fuerzas cooperantes que hagan familia.

Las causas de esta situación son ciertamente complejas, impulsadas en buena medida por el deseo de la ambición de algunas naciones que llegan a construir su bienestar egoísta a expensas de otras. Con esta realidad entre las manos, quizás tengamos que arriesgarnos con un nuevo propósito viviente, la de mostrar clemencia y comprensión en la ayuda.

Sea como fuere, cada amanecer somos testigos de esas luchas absurdas, que han tomado como abecedario los discursos de incitación al odio, que además se han visto potenciados por internet, permitiendo que las mentiras, conspiraciones y amenazas se extiendan instantáneamente por todo el orbe.

Este huracán de falsedades nos está devorando internamente hasta destruirnos el tejido social, generando desconfianza y tormento en las relaciones con los demás. Desde luego, la forma de combatir este ambiente tóxico, pasa por no desfallecer en el intento del cambio, no dejándose llevar por el territorio de las apariencias, difundiendo información veraz y objetiva, que es lo que promueve el equipo en vez de la partición. Por cierto, en esto de parcelar, son especialistas los sembradores del terror, que lo único que buscan es modificar nuestro comportamiento provocando desasosiego, inseguridad y enemistad.

Ahí tenemos la retórica narrativa nuclear de Rusia, o de tantos otros lugares, violando las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, cuando lo fundamental es dotarse de instrumentos de arreglo, en materia de justicia y paz. Bajo el paraguas de esta voluntad pacífica, no existe el fracaso, salvo cuando dejamos de perseverar y combatir lo humano en su entidad inseparable de alma y cuerpo, de contemplación y acción.