Nisibón. – Eran las 9:00 de la noche del domingo 09 de agosto cuando Aneudys Mateo de 38 años llamó a su esposa Maria Ysabel Reyes por última vez, era para despedirse y decirle que ya había llegado la hora de partir hacia Puerto Rico en una pequeña embarcación de madera pintada de azul.
Sus sueños eran muchos y los anhelos más aún más. Desde siempre había soñado con viajar cuenta su hermana, quien devastada por el dolor ya no encontraba consuelo.
La hermana de Aneudys relata que cada día este iba a su casa a compartir un rato con ella, pero que tanto el sábado como el domingo faltó a esa cita y ella se extrañó ya que a diario lo veía, pero nunca imaginó lo que estaba por suceder.
Y es que dicen que los viajeros en yola a nadie le dicen lo que pretenden hacer.
Aneudys se embarcó aquel domingo 09 de agosto en la noche, y a penas a las 11:00 de la mañana del lunes 10 ya se corría la voz de que un viaje ilegal en yola había zozobrado frente a la costa de Nisibón, específicamente en la playa Punta del Coco, próxima a Lavacama.
La noticia no se hizo esperar, y en las primeras horas del naufragio cuentan los presentes que por la playa de la Punta del Coco salieron seis de los 17 viajeros que iban a bordo de la pequeña yola.
Luego las autoridades rescataron seis más de los náufragos, pero en el conteo faltaban nombres. Uno de ellos era Aneudys y junto a él en la lista también estaban. Brian Lorenzo de 28 años y Xavier Vizcaino, los tres oriundos de San Cristóbal.
Pero a ellos se sumaban Julio Acosta de 26 años y Ambioris Santana de 32, estos oriundos de Miches, un pueblo conocido precisamente por los innumerables viajes ilegales que han salido de su costa y por sostenerse principalmente de las remesas que envían los micheros que una vez también fueron viajeros ilegales en yola.
Según han dicho quienes estaban en la costa los primeros que arribaron a la playa lo hicieron apoyados en galones vacíos y supuestamente gracias a sus habilidades como nadadores, pues en su natal Miches se dedican a la pesca.
El viaje salió supuestamente de las playas de Miches, y varias millas náuticas zozobró frente a la playa Punta del Coco.
Hoy los familiares de estos náufragos lloran desconsolados y esperan como los que no tienen esperanza. Y es que la Defensa Civil les dice que luego de tantos días en el Océano Atlántico ya no hay esperanza de vida, ni siquiera de rescatar sus cuerpos.
Desde el día lunes 10 de agosto los organismos de socorro, presentes en el lugar y encabezados por la Defensa Civil, solicitaron un helicóptero para mejorar las labores de rescate pero a varios días han transcurridos y fue el jueves 13 que ese anhelado helicóptero llegó.
Los familiares gritaban desesperados que alguien se apiadara de ellos y enviaran el rescate aéreo que les hubiera ofrecido una esperanza de vida aquel fatídico lunes, su llegada el jueves tal vez pudo haber sido muy tarde.
El último aliento en la búsqueda se dio el miércoles en la mañana cundo los rescatistas encontraron unos tenis y una mochila en el mar, después de ese momento nada volvió a ocurrir.
Muchos de los familiares de los náufragos han pasado noches y días apostados en la costa esperando que el mar les devolviera a sus seres queridos, pero hasta todavía no han aparecido.