viernes, julio 26, 2024
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Brasil continúa firme ante la decisión de no adquirir vacunas contra el covid-19 Sputnik V

BRASILIA. Antonio Barra Torres, regulador sanitario de Brasil de Anvisa, defendió su decisión de rechazar la importación de la vacuna Sputnik V. Sus declaraciones se fundamentan en la presencia de adenovirus replicante, lo cual a su juicio, es una versión viva de uno de los virus usados como vector.

Este el motivo principal de rechazar la importación de la vacuna Sputnik V, alegando que se basó en información del propio desarrollador ruso, que amenazó con demandar por difamación a la institución.

“Las informaciones sobre la presencia de adenovirus replicante (una versión viva de uno de los virus usados como vector) constan en los documentos entregados a Anvisa por el desarrollador de la vacuna Sputnik V”, dijo el presidente del ente, Antonio Barra Torres, citado por la AFP.

Los creadores de la vacuna rusa habían anunciado horas antes por Twitter la presentación de una demanda judicial “por difamación contra Anvisa por difundir información falsa e incorrecta”. “Anvisa hizo declaraciones incorrectas y engañosas sin haber probado la vacuna Sputnik V”, subrayaron.

Barra Torres convocó rápidamente a la prensa, para “refutar graves acusaciones que impactan en la confianza y la credibilidad de la autoridad sanitaria brasileña”. “Anvisa fue acusada de mentir, de actuar de manera antiética y de producir una noticia falsa sobre la identificación de adenovirus replicante en documentos sobre la vacuna Sputnik V”, agregó.

En su exposición, los técnicos de la Anvisa exhibieron documentos e inclusive un video de una reunión virtual realizada en marzo con los fabricantes rusos para sanar estas dudas. Según el regulador brasileño, los responsables por la Sputnik V no aclararon todas sus preguntas en el momento ni en los documentos enviados días después.

El problema se centra en un “vector de adenovirus”, un patógeno que normalmente causa una enfermedad respiratoria leve pero que en las vacunas está modificado genéticamente para impedir su replicación. Ese patógeno también está modificado para portar las instrucciones de ADN, a fin de que las células humanas desarrollen la proteína espiga del coronavirus, causante de la enfermedad.