La comunidad higüeyana se encuentra al borde del colapso debido a las graves deficiencias del servicio eléctrico. Las constantes interrupciones y la ineficiencia en la distribución de energía han generado un panorama preocupante, tanto para los negocios como para los hogares de esta ciudad. Las grandes, medianas y pequeñas empresas, fundamentales para el desarrollo económico local, están sufriendo las consecuencias más severas.
La falta de energía estable no sólo interfiere con la producción y los servicios, sino que también causa pérdidas significativas al dañar productos que requieren refrigeración constante. Este escenario pone igualmente en riesgo los empleos que esas empresas aportan a la economía nacional y, por ende, la estabilidad económica de muchas familias. Los hogares higüeyanos no están exentos de esta crisis.
En medio de las altas temperaturas, la falta de electricidad priva a las familias de la posibilidad de utilizar ventiladores y aires acondicionados, convirtiendo a cientos de casas en verdaderos hornos. La calidad de vida se ve gravemente afectada, especialmente para los más vulnerables, como ancianos y niños. El problema también impacta negativamente en la educación, ya que estudiantes y docentes no
pueden utilizar herramientas digitales esenciales para el aprendizaje. La situación actual es inaceptable y requiere una intervención urgente por parte de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (EDEEste). Las autoridades no pueden permitir que una comunidad entera siga sufriendo los embates de un servicio eléctrico deficiente. Es fundamental que se implementen soluciones efectivas y sostenibles.