martes, junio 18, 2024
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Las turbulentas aguas de la reforma fiscal

El presidente Luis Abinader se dispone a navegar aguas turbulentas en su segundo mandato, enfrentándose a uno de los mayores desafíos de su carrera política: la elaboración y aplicación de una reforma fiscal que sea capaz de aumentar los ingresos del Estado. La necesidad de incrementar los ingresos del Estado es innegable.

El país enfrenta un sinfín de demandas y necesidades que requieren de recursos financieros para su atención adecuada. Sin embargo, la vía de los préstamos con organismos multilaterales, que ha sido solución temporal para momentos coyunturales, ya no es llevadera a largo plazo. Abinader es consciente de esto y busca alternativas que eviten comprometer el futuro económico del país con deudas insostenibles.

Pero la tarea de implementar una reforma fiscal es sumamente delicada, especialmente en un contexto político polarizado y con una oposición que no parece dispuesta a cooperar. La sola mención de más impuestos desata reacciones adversas en muchos sectores de la sociedad.

Las protestas y desacuerdos colectivos son una posibilidad latente, y el gobierno debe estar preparado para enfrentarlas. Es necesario un enfoque reflexivo y crítico en este proceso. Una reforma fiscal no puede ser impuesta de manera unilateral ni puede ignorar las necesidades y preocupaciones legítimas de la población.

Debe ser el resultado de un diálogo inclusivo entre todos los actores políticos, económicos y sociales, buscando el equilibrio entre la urgencia de aumentar los ingresos del Estado y la protección de los sectores más vulnerables Además, la eficiencia en el gasto público es un aspecto igualmente importante que no debe ser pasado por alto.

Una reforma fiscal no puede limitarse únicamente a aumentar los ingresos, sino también contemplar medidas para garantizar que esos recursos se utilicen de manera responsable y efectiva en la satisfacción de las necesidades más prioritarias. La ruta por delante no será fácil, por lo que se espera la participación razonable del liderazgo político y empresarial frente al compromiso de lograr una reforma fiscal apegada a las aspiraciones de desarrollo y realidad económica del país.