sábado, abril 27, 2024
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Sin tapujos: un periodismo cambiante

El periodismo es cambiante, como todo. El periodismo cambia, porque todo debe ser transformado para dar paso a lo nuevo o al fortalecimiento de lo viejo, si es posible.

¿Culpa de las redes sociales? Quizás sí; quizás no. Siempre hay que buscar un culpable. Pero, ¿culpable de qué? ¿De que la gente prefiera la inmediatez? El periodismo cambió desde antes de la era digital. Sí, desde antes de la aparición de portales digitales, Facebook, Twitter, Instagram…

A ver a qué aludimos cuando hablamos de cambio. El cambio es revolución, el cambio es innovación, el cambio es transformación. Entonces el cambio en el periodismo inicia desde el primer momento en que la información deja de servirse en manuscritos para pensar en otras formas más sofisticadas.

Y así pasamos a las máquinas de escribir análogas, y de éstas a las eléctricas hasta que llegaron las computadoras, teléfonos “inteligentes”, tabletas…Entonces, sí, el periodismo ha cambiado desde el primer momento en que nació.

Eso indica que los cambios en el periodismo no es cosa de ahora. ¿Y qué cosas cambiaron del periodismo? ¿Solo las herramientas, lo tangible? No, también cambió la forma de escribir. Y de esto hablaremos. Todo inició con los autores del nuevo periodismo, varios periodistas visionarios que proyectaron formas diferentes de cómo plasmar palabras con valor informativo.

La forma de contar historias era distinta. Las entradas no solo respondían las preguntas clásicas de qué, quién, cómo, cuándo y dónde. Eso se respondía en cualquier párrafo, porque la pirámide invertida no fue nunca una norma obligatoria en el periodismo, y por tanto nada pasaría si se rompía.

Se rompe, se destruye, para mejorar. Así es permitido. Por eso hoy, los grandes contadores de historias narran y describen con estilos más frescos y llamativos, que enganchan y hasta divierten.

Las redes sociales son parte de esos cambios. No sabemos si llegaron para quedarse, lo que sí sabemos es que están y que generan un “boom” que durará largo rato. Y se transformarán, como todo. Todo cambia todo fluye, ya se ha dicho. Nada es estático.

Las redes sociales son aliadas y cómplices del periodismo. Pero nos restriegan a diario que cada usuario es dueño de su palabra, de su opinión. Nos recuerdan todos los días, a cada instante, que ya nosotros, los periodistas, ni los medios tradicionales, son amos y señores de las informaciones.

Todo cambió. No todo para bien. Pero los cambios también nos retan a tolerar, a adaptarnos y ser flexibles para asimilar lo nuevo.

Sin Tapujos

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