El presidente Luis Abinader agotó una agenda oficial de singular importancia en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, con una destacada participación en un evento de relevancia mayor para el intercambio de ideas e impresiones sobre diversos temas vinculados al desarrollo de los pueblos.
En este foro, Abinader socializó el plan de acción ejecutado por el Gobierno para afrontar la pandemia por el covid-19 en República Dominicana, así como las estrategias puestas en marcha para reposicionar nuestra economía, aun en medio de un escenario mundial agitado y con proyecciones inquietantes.
El Foro Económico Mundial reúne a importantes líderes empresariales, políticos, intelectuales y sociales de todos los continentes. Allí se discuten temas que sirven de marco referencial para la formulación de políticas públicas y articulación de proyectos de desarrollo aplicables en distintos ámbitos.
Lo anterior significa que la exposición del presidente Abinader en un cónclave de trascendencia global reviste un significado especial para nuestro país, porque tuvo la oportunidad no solo de compartir ante el mundo la experiencia dominicana frente a la crisis sanitaria, sino de proyectarnos como una nación capaz de afrontar con relativo éxito los retos que nos depara el contexto actual.
Y, sin embargo, lo peor no ha pasado. Los organismos internacionales anticipan tiempos difíciles y desafiantes, ante los cuales debemos seguir vigilantes y en alerta permanente.
La advertencia no es para nade halagüeña: los alimentos seguirán encareciéndose y muchos ya comienzan a escasear, lo que indudablemente tendrá un impacto negativo en los flujos comerciales, con mayor impacto para aquellas naciones con marcados niveles pobreza y con índices inferiores de crecimiento económico.
En el plano local todavía subyacen situaciones que mantendrán bien ocupadas a las autoridades, las cuales intentan responder con soluciones precisas a diversos reclamos multisectoriales.
Al Gobierno dominicano le sigue preocupando, y con sobradas razones, la cadena de suministro de mercancías comestibles. Cada esfuerzo va dirigido a evitar que la población padezca hambre, por escasez o por falta de poder adquisitivo para adquirir alimentos en cantidad y calidad suficientes.
No obstante, el clima internacional, los indicadores que miden el comportamiento de la economía dominicana muestran un desempeño alentador. Para el tercer trimestre de este año, el Banco Central registró un crecimiento de 6.1% comparado con igual período del pasado año, cuando el Gobierno anunció el inicio del proceso post covid de recuperación económica.
Lo importante de esta cifra es que se acerca a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que le augura un crecimiento de 5.5% a la economía dominicana para este 2022.
El mayor reto del Gobierno debe centrarse en mantener el ojo bien puesto en aquellas actividades que garanticen el dinamismo que necesita nuestra economía para seguir trillando el crecimiento sostenido hasta hoy alcanzado, como turismo, construcción, zonas francas y servicios.