viernes, julio 26, 2024
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Lo que hay detrás de la obesidad

(Mónica Aybar/Especial para El Tiempo) Tener obesidad no es un chiste. No es un estilo de vida, no es una forma de ser, no es algo de lo que hay que “sentirse orgulloso” y aceptar. ¡No! La obesidad es una enfermedad crónica. Y es tan perjudicial, porque gracias a ella se desencadenan un sinnúmero de patologías como: diabetes, hipertensión arterial, ovario poliquístico, deficiencias hormonales, hígado graso no alcohólico, etc.

Pero lo peor de todo es que una persona con obesidad sufre no solo en el ámbito físico, médico, o psicosocial, también en el plano sentimental la obesidad causa estragos. Y ese, es el punto de enfoque de este artículo.

Continuamente nos desvivimos buscando soluciones para bajar de peso y lograr un cambio físico saludable. Y eso en parte está bien. Más antes de enfocarnos en la consecuencia, es necesario conocer las causas que nos llevaron hasta allá. 

ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

En la actualidad, gracias a Dios, se están logrando avances científicos que apuntan hacia un enfoque diferente de abordar el tema de la obesidad. Aunque los cambios conductuales son imprescindibles, no menos importante es la condición mental del paciente para determinar cuál o cuáles tratamientos coadyuvantes pueden resultar más efectivos.

El punto de enfoque está en la salud mental del paciente y principalmente en determinar si padece de algún desorden como ansiedad o depresión, las cuales han interferido en sus hábitos alimenticios y estilo de vida. 

Ya existen herramientas como la Escala HAD o la Estatificación de Edmonton, las cuales ayudan a ver al paciente de forma única en individual, ya que la obesidad es diferente en cada persona. Tanto la ansiedad como la depresión pueden llevar a un individuo a aumentar significativamente de peso, al buscar refugio en alimentos hipercalóricos, combinado al sedentarismo como forma de aliviarlas. 

Así es que ya sabes:  Si has intentado muchas dietas y no te funciona. Si empiezas a entrenar y a los dos o tres días lo dejas. Si te saltas comidas y luego comes más de la cuenta… puede ser que tengas ansiedad o depresión. Trata primero eso, y luego, o en conjunto empieza a cambiar tus hábitos alimenticios. Verás la luz al final del túnel. 

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