Verba CDL
Si comparamos las principales fuentes de generación de divisas del país, con una familia, me vienen a la mente las siguientes similitudes:
- Remesas: La hija mayor exitosa, quien a base de trabajo y disciplina le ha ido bien en la vida. Definitivamente la seria de la familia.
- Exportaciones: La más aplicada, se mantiene estudiando para estar al día con las innovaciones técnicas y no quedarse atrás.
- Inversión extranjera: La vaga (¿o inteligente?) de la familia, le gustan los negocios donde se trabaja poco y se gana mucho, capitaliza a otro para que trabaje por ella.
- Turismo: El jovial, el canero, el más sociable de la familia, a todos cae bien y siempre dispuesto a compartir entre amigos. Asimismo, es el primo más distraído, derrochador y con la mentalidad “Cuando uno se muere lo que uno se lleva es lo que se gozó, ¡y pa’ que lo goce otro… lo gozo yo!”.
Así como sucede en las mejores familias, así mismo sucede en este grupo de “personajes”, me refiero a que el comportamiento de cada uno de estos sectores
tiene sus origen y causas en la forma como fueron “criados” y concebidos. A grandes rasgos, podemos decir que las Remesas, al formar parte del sector financiero, les ha tocado mayor regulación y disciplina; las Exportaciones agrupan diversos sectores, lideradas por las zonas francas, con industrias en el sector textil y aparatos médicos. El tipo de producto que ofrecen y el público al que va dirigido obliga al sector cumplir con requisitos y estándares de calidad internacional.
Bajo otro tipo de análisis, la Inversión Extranjera Directa (IED) agruparía la inversión hotelera, para fines ilustrativos vamos a separarlas. El Turismo por el tipo de servicio que ofrece se debe presentar como una industria acogedora, libre restricciones, de burocracia, o sea, todo chilling. Para competir internacionalmente, ha aumentado los estándares de calidad de servicio, no tanto así en sus actividades de cumplimiento y en sus sistemas de control. Las mismas causas de su crecimiento desde la década de los 70, escasa regulación, apoyo en la construcción y remozamiento de infraestructuras así como exenciones, son las mismas causas que sientan las bases para una cultura interna débil de sus actividades de control.
El “primo distraído” ha gozado y sigue gozando de beneficios y facilidades externas y es naturaleza humana acomodarse y aferrarse a estos beneficios. Más temprano que tarde debe entender que robustecer sus estructuras de control, no solo en aspectos medioambientales , sino además en sus procesos administrativos y operativos, apoya el logro de los objetivos trazados, y a la larga, esta inversión (no gasto) se paga sola.
Independiente del rebote en la llegada de turistas que se logre para el año 2022, la pandemia ha demostrado que la prevención es más rentable que la reacción. No esperemos más.