Sentirse cansado, estancado, sin deseos de ir a entrenar o hacerte preguntas como ¿Por qué lo estoy haciendo? ¿Vale la pena seguir entrenando? Y no encuentras respuestas, pueden ser signos de que el deporte que practicas está perdiendo tu interés y de ser algo que te apasionaba ahora es una carga difícil de llevar.
Para esta situación es probable que sea necesario un entrenamiento mental y te voy a compartir algunas estrategias para que puedas descubrir cómo salir de esta desmotivación.
Lo primero que hay que hacer es evaluar si es una desmotivación como tal, es decir “no tengo ganas de entrenar y competir” o ir más al fondo y buscar qué lo provocó. Te comparto unas ideas que te pueden ayudar. En ocasiones perdemos esas ganas de entrenar no por desmotivación, sino por otras situaciones como una derrota que no esperábamos, una frustración, un mal resultado, un problema externo, miedo a una competencia especifica etc. y aparentamos no estar motivados para no enfrentarnos a esa situación.
Lo segundo es hablarlo con tu psicólogo deportivo, detallando que te está haciendo sentir esta situación, por ejemplo, descubriste que la desmotivación es por la última derrota que tuviste y eso te causo miedo. La causa entonces no es que no estés motivado, es que el miedo te paralizó y deberás trabajar en un entrenamiento mental, analizando tu presente y acepta la situación, y luego haciendo la pregunta de para qué estás en ese deporte, para qué pasas horas en la piscina, cancha o gimnasio con el fin de conectar nuevamente tus motivos y, por último, define objetivos que te lleven a reconectar nuevamente con el proceso que llevas.
En conclusión, descubre la verdadera razón de tu desmotivación, ponle nombre y responsabilízate de la emoción, pregúntate para qué y conecta tus motivos con nuevos objetivos.
