A nosotros también nos toca

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El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es un elemento perturbador que amenaza con causar serios trastornos a la economía mundial, de por sí muy aquejada por la pandemia del covid-19. 

El aumento de los combustibles será uno de los impactos más inquietantes, debido al nerviosismo e inestabilidad que causa este tipo de confrontación al comercio internacional. 

También se esperan que los alimentos registren incrementos en sus precios, toda vez que Ucrania es uno de los grandes productores y exportadores de maíz, trigo, soya y otras mercancías de consumo masivo. 

Una de las patas que sostienen la estructura económica nacional, el turismo, sentirá de cerca la incursión militar de Rusia sobre Ucrania. Esto así, porque desde el primero se desplazan cada año más de cien mil turistas para disfrutar de nuestros atractivos. 

El Gobierno dominicano asumió una actitud responsable al 

convocar de inmediato a su gabinete económico y fijar las medidas correspondientes para enfrentar las consecuencias más directas de esa contienda. 

Ahora más que nunca adquieren valor las disposiciones que previo a estas eventualidades adoptaron las autoridades en medio de la crisis sanitaria, sobre todo en el ámbito del gasto público y las acertadas restricciones a privilegios que antes se tragaban gran parte del erario. 

Se avizoran días de grandes desafíos que debemos afrontar como una sola nación, sin sectarismos ni banderías político-partidarias, porque de lo que se trata es de actuar en función del bien común de todos los dominicanos. 

Nos corresponde, pues, estar atentos a las actuaciones emanadas de nuestras autoridades, a quienes concierne pensar con cabeza fría y tomar las decisiones que más convengan al interés nacional, ante un escenario mundial convulso y con un devenir marcado por la incertidumbre.