LA ROMANA. (Limber Ramírez/Especial para El Tiempo) A pesar de la gran labor que realizan, el peligro y riesgo a que se exponen para asegurar las vidas y bienes de los ciudadanos, sus esfuerzos y entrega, los integrantes de la Defensa Civil no son reconocidos como merecen y su trabajo no es remunerado.
El director de la Defensa Civil en esta ciudad, Rafael Enríquez Vicioso, informó que el 95% del personal con que cuenta el organismo es voluntario y por ende trabajan de gratis. Solo 4 personas son empleados fijos y están en nómina, según dijo.
Vicioso comentó que, desde la creación de este organismo, para prevenir y mitigar situaciones de emergencias y desastre por el presidente García Godoy en 1966, nunca su personal ha sido tomado en cuenta para recibir el pago por servicios prestados.
“La Defensa Civil hace 42 años, fue creada en La Romana, primero inició en una oficina en la Gobernación y luego estamos aquí en otro espacio prestado por el Cuerpo de Bomberos, autorizado por en ese entonces el alcalde Tonito Picel, lo cual indica que no tenemos local propio”, precisó.
Vicioso destaca que las necesidades no son solo de la institución sino, también del pueblo, porque a ellos es que le prestan servicios. Manifestó que necesitan un edificio nuevo en otro lugar, con un centro de mando, alojamientos, sala de comunicación para que la ciudadanía haga sus reportes, cocina, y parqueos.
Además, requieren más vehículos para dar asistencia rápida, un equipo de extricación vehicular con su camión y dos personas más para operar los equipos. De igual forma uniformes, utensilios y equipos adecuados para proteger a los voluntarios.
“Sabemos que solo el equipo de extricación vehicular cuesta unos 5 millones de pesos, y solo recibimos del Estado 8 mil pesos mensuales, con eso tenemos que dar asistencia a todas las llamadas, comprar piezas, alimentos para el personal, realizar los diferentes operativos durante el año y esos operativos rondan los 150 mil pesos cada uno. Además, tenemos el costo del levantamiento de cadáver, la funda de introducir el difunto cuesta unos 85 dólares”, apuntó.
Destacó que cada miembro se compra su propio uniforme, porque hay empresas que quieren donarlo, pero lo llenan de logos, a veces más grande que el nombre de la institución lo que está prohibido por ley. Enfatizó que, entre ellos, con los pocos recursos que reciben han realizado algunas reparaciones, en la cocina, baños, techos, pintura del local que tienen.