Cuando Obras Públicas visitó El Seibo, los pobladores entusiastas, cansados de promesas, pero sedientos de buenos augurios, aplaudieron efusivamente los anuncios que se hicieron allí. Sin embargo, uno de los tramos más exigidos en la urbe fue El Seibo-Cruce de Pavón, que está desastroso, así como otras calles municipales que no fueron tocadas y que los seibanos esperan que la Alcaldía arregle sin que medie un largo y repetido rosario de promesas.