Frank Marrero / fmarreromieses@gmail.com
No gaste como recompensa
Muchas personas gastan más de lo que ganan por la forma en que perciben la recompensa por haberse fajado una jornada laboral.
Quienes piensan de esa manera tienen la convicción que como se pasaron trabajando durante un mes tienen derecho a gastar en sus deseos y tienden a recurrir a premios que no son saludables, como consumir comida chatarra, y gastar más de la cuenta.
El estado anímico
Cuando la gente está triste, sus hábitos financieros se deterioran. Cuando están felices, mejoran. Las personas que no son felices ahorran menos, gastan más y tienen una mayor propensión al consumo. Tienen menos control sobre sus gastos y prevén una inflación más alta. Quienes están felices, en cambio, están más orientados al futuro y persiguen metas que los beneficiarán a largo plazo.
Las compras compulsivas o por competencias sociales
Muchas personas no son conscientes de su situación financiera y viven en competencias con los demás, eso provoca grandes gastos con financiamientos tanto de tarjetas como de préstamos bancarios, estos pensamientos van en detrimento de nuestras finanzas, sobre todo que siempre va haber personas en nuestro medio social que posean más lujos que usted.
El resultado de este pensamiento es un alto endeudamiento y un deterioro de nuestro historial de crédito y al final la bancarrota. Usted debe elegir si vive con sus ingresos o más allá de ellos.
El valor de la vivienda
Finalmente, muchas personas sienten una debilidad cuando se trata de sus viviendas. Mientras mayor es el valor de una vivienda, mayor es la sensación de los propietarios para gastar. Luego, mientras más vale un hogar, mayor es la cantidad en la que su propietario puede endeudarse con la propiedad en garantía, y que al final puede perderse la misma. Recuerde siempre: Casa grande gastos grandes. Vehículos caros mantenimiento caros.
Lujos vemos pero deudas no sabemos. Si deseas saber más acerca de nosotros escríbenos a nuestra dirección electrónica.
