HIGÜEY. El insomnio es un trastorno del sueño caracterizado por dificultades persistentes para conciliar el sueño, mantenerlo o despertarse demasiado temprano, lo que resulta en una calidad del sueño deficiente y afecta el funcionamiento diario. A menudo, el insomnio puede ser ocasional o crónico, dependiendo de su duración y frecuencia.
En una entrevista exclusiva para El Tiempo, la psicóloga clínica y terapeuta familiar, Fabiola Del Orbe destacó el impacto del insomnio en la salud, señalando que va más allá de simplemente afectar la calidad del sueño. Del Orbe, explicó que «el insomnio puede tener consecuencias significativas para la salud física y mental».
A nivel físico, la falta de sueño debilita el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, también altera el equilibrio hormonal, desde el punto de vista mental, el insomnio puede contribuir a problemas como la ansiedad, la depresión y la irritabilidad, reduciendo la capacidad para manejar el estrés y afectando la función cognitiva y el estado de ánimo general. Según informaciones divulgadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 40% de las personas en todo el mundo padecen de insomnio, por lo que se considera que este es un problema de salud pública.
ALGUNOS CONSEJOS:
1. Establecer una rutina de sueño consistente, adoptando un horario regular para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana, ya que la consistencia ayuda a regular el reloj biológico y mejora la calidad del sueño.
2. Optimizar el entorno de sueño, asegurándose de que su dormitorio sea un lugar propicio para descansar, mantener el ambiente oscuro, tranquilo y fresco, puede considerar el uso de cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco para minimizar las distracciones.
3. En este punto, Del Orbe fue muy clara al expresarse, haciendo incluso un llamado a reducir la exposición a dispositivos electrónicos, debido a que la luz azul de pantallas electrónicas puede interferir con la producción de melatonina, una hormona crucial para el sueño. “Evite el uso de dispositivos como teléfonos y computadoras al menos una hora antes de acostarse,” enfatizó la experta.
4. Desarrolle una rutina relajante previo al sueño, pueden incorporar actividades que fomenten la relajación, como la lectura, la escucha de música suave o la práctica de técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda.
5. Evite estimulantes y comidas pesadas antes de dormir, reduzca el consumo de cafeína, alcohol y comidas copiosas por la noche, intente cenar al menos 2-3 horas antes de irse a la cama para evitar molestias digestivas.
6. Realizar actividad física regularmente, está comprobado que el ejercicio puede mejorar significativamente la calidad del sueño, sin embargo, trate de no realizar actividades físicas intensas justo antes de acostarse, ya que esto puede dificultar el proceso de relajación.
7. Gestione el estrés y la ansiedad, la acumulación de estrés y preocupaciones puede interferir con el sueño, para esto, intente practicar técnicas de manejo del estrés, como el yoga o la escritura en un diario, para ayudar a calmar la mente antes de dormir.
8. Limite las siestas, tratando de no dormir por la tarde para no afectar el sueño nocturno y si lo hace que sean 20 o 30 minutos. Si estas estrategias no son suficientes para mejorar su calidad de sueño, consulte a un profesional, psicólogo o psiquiatra.