PUNTA CANA. El 27 de febrero de 1844 marcó un hito trascendental en la historia de la República Dominicana. Hace 180 años, un grupo de valientes patriotas proclamó la independencia del país, liberándolo del yugo colonial haitiano y estableciendo los cimientos de una nación soberana.
Esta celebración no solo conmemora un evento histórico, sino que también nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el significado perdurable de la independencia para la democracia y las libertades públicas en nuestra nación.
La independencia dominicana representó un acto de autodeterminación y afirmación nacional. Fue el resultado de la lucha tenaz y la resistencia del pueblo dominicano contra la opresión extranjera. Esta gesta heroica no solo nos legó la libertad política, sino que también sentó las bases para el desarrollo de instituciones democráticas y la protección de los derechos fundamentales. La democracia, como sistema de gobierno, se nutre de la independencia y la participación activa de los ciudadanos en los asuntos públicos.
En este sentido, el legado de nuestros próceres independentistas nos insta a preservar y fortalecer los principios democráticos en nuestra sociedad. A lo largo de los años, la República Dominicana ha avanzado en la consolidación de un sistema político democrático, caracterizado por elecciones libres y justas, separación de poderes, y respeto por los derechos humanos.
Sin embargo, el camino hacia la plena democracia no ha estado exento de desafíos. La construcción de una cultura cívica arraigada en el respeto mutuo, la tolerancia y la participación ciudadana continúa siendo una tarea pendiente. La independencia nos recuerda que la democracia no es un logro estático, sino un proceso continuo que requiere vigilancia constante y un compromiso renovado con los valores democráticos.
LIBERTADES PÚBLICAS
Además, la independencia dominicana también ha sido fundamental para el avance de las libertades públicas en nuestro país. La libertad de expresión, de prensa, de asociación y de religión son derechos fundamentales que han sido garantizados en nuestra constitución, gracias al legado de nuestros padres fundadores.
Estas libertades son pilares esenciales de una sociedad libre y justa, que permiten a los ciudadanos expresar sus opiniones, organizarse pacíficamente y participar en la vida política y social sin temor a represalias. No obstante, debemos reconocer que aún enfrentamos desafíos en la protección y promoción de las libertades públicas en la República Dominicana.
La libertad de prensa, en particular, ha sido objeto de preocupación debido a amenazas y ataques contra periodistas y medios de comunicación. Garantizar un ambiente seguro y propicio para el ejercicio de la libertad de expresión es esencial para fortalecer nuestra democracia y salvaguardar los derechos de todos los ciudadanos.
En este 180 aniversario de nuestra independencia, reafirmamos nuestro compromiso con los ideales de democracia y libertad que inspiraron a nuestros antepasados. Recordamos con gratitud el sacrificio y la valentía de aquellos que lucharon por la libertad de nuestra nación.
Al mismo tiempo, renovamos nuestro compromiso de trabajar juntos para construir una sociedad más justa, inclusiva y democrática, donde todos los dominicanos puedan disfrutar plenamente de sus derechos y contribuir al progreso y bienestar de nuestra amada República Dominicana.
