PUNTA CANA, RD. La Super Bowl es uno de los eventos más importantes del año en Estados Unidos que consigue que durante unas horas el mundo del deporte se solape con el de las celebridades. Este domingo decenas de rostros famosos se congregaron en Las Vegas para asistir al partido de los Kansas City Chiefs contra los San Francisco 49ers, y entre ellos se encontraban tanto Kanye West como Kim Kardashian.
Para ser justos, nadie le vio realmente la cara a Kanye porque él volvió a ponerse una máscara negra antes de aparecer en público. En esta ocasión eligió un pasamontañas adornado con un Cristo crucificado en homenaje al diseñador Alexander McQueen, porque el domingo se celebraba el décimo cuarto aniversario de su muerte. Su esposa Bianca Censori, que le acompañó al evento deportivo, optó por una capucha de látex más cómoda que sí dejaba al descubierto su rostro.
Kim, por su parte, acudió al partido con sus hermanas, aunque se sabe que viajó a la ciudad acompañada de su nuevo novio Odell Beckham Jr. porque alguien consiguió tomarles una fotografía justo antes de la Super Bowl mientras salían de su hotel. Los rumores acerca de su romance con el jugador de fútbol americano llevan meses circulando, pero ella ha aprendido la lección y no quiere precipitarse a la hora de confirmar oficialmente que su corazón vuelve a estar ocupado.
Es probable que Kanye haya sido un factor de peso a la hora de que haya tomado esta decisión, porque su ex le hizo la vida imposible mientras mantenía una relación con el humorista Pete Davidson e incluso llegó a grabar un vídeo musical donde aparecía decapitando al entonces novio de Kim.
En cualquier caso, las aguas parecen haber vuelto a la calma entre el antiguo matrimonio ahora que el rapero ha rehecho su vida con su esposa Bianca. Por suerte, el Allegiant Stadium era lo suficientemente grande para que no tuvieran que cruzarse con Kim a no ser que se lo propusieran.
Ese no fue el único encuentro incómodo que Kanye consiguió evitar. En el estadio también se encontraba Taylor Swift apoyando a su novio Travis Kelce, que acabó haciéndose con la victoria con los Kansas City Chiefs. Kanye y Taylor mantienen uno de los enfrentamientos más mediáticos de la industria de la música, en el que también participó en su día Kim, que ahora mismo se encuentra en un período de guerra fría, así que este domingo los dos artistas optaron por ignorarse.