Hace unos meses, el guion de la economía estadounidense contemplaba que el país estaría adentrándose en una recesión a estas alturas del año, golpeada por la subida de los tipos de interés.
La fortaleza del mercado laboral y del consumo han desafiado todas las expectativas y la mayor economía del mundo de momento no solo no ha frenado, sino que en el tercer trimestre aceleró su crecimiento hasta su mayor ritmo desde 2021.
El producto interior bruto (PIB) aumentó en el trimestre veraniego un 1,2%, lo que equivale a una tasa anualizada del 4,9%, según la primera estimación publicada este jueves por la Oficina de Análisis Económico.
Los expertos atribuyen esa fortaleza del consumo, que representa más de dos tercios de la economía estadounidense, a factores temporales que impulsaron el gasto en ocio y entretenimiento.
Las giras de conciertos de Taylos Swift (y en menor medida, de Beyoncé) batieron récords y atrajeron turistas a las ciudades por donde fue pasando. El estreno de las películas Barbie y Oppenheimer llevó a más consumidores a las salas de cine, con el gasto adicional asociado a esas salidas.
El crecimiento supone una aceleración de más del doble con respecto al ritmo anualizado del 2,1% del segundo trimestre (una tasa trimestral del 0,5), que había mantenido el tipo frente al 2,2% del primero. El crecimiento es el más fuerte desde el cuarto trimestre de 2021.En general, los estadounidenses aprovecharon el verano para viajar y salir más, una vez olvidadas las restricciones de la pandemia, pero con parte de la bolsa de ahorro acumulada entonces aún disponible. Las ventas de coches también repuntaron.