La calle 43 del sector Las Flores, en San Pedro de Macorís, se ha transformado en un
verdadero infierno para sus residentes. Las escenas de violencia durante fiestas conocidas como «teteos», son una muestra alarmante del irrespeto flagrante a la ley que prevalece en ese lugar.
Música con sonido ensordecedor, una multitud desbordante y embotellamientos de vehículos, son sólo algunas de las secuelas de este desorden orquestado en franco
desafío a las autoridades.
Es inaceptable que los residentes de Las Flores tengan que vivir con el miedo constante de ser alcanzados por una bala perdida en su propio vecindario. Los residentes ya no saben qué hacer para recuperar la tranquilidad en su barrio.
Los llamados de auxilio a la Policía se convierten en enfrentamientos y, en lugar de
soluciones, añade más violencia y confusión al problema. Los munícipes de Las Flores
tienen todo el derecho a vivir en un ambiente seguro y pacífico.
Bajo ninguna circunstancia deben temer a que su vecindad sea un reflejo de la ley del
más fuerte que impera en la calle 42 de Capotillo, en Santo Domingo. Es necesario que
las autoridades tomen medidas contundentes para evitar que esto ocurra.
No podemos permitir que nuestras calles se conviertan en campos de batalla donde
prevalezca el desenfreno y el consumo de sustancias ilícitas. Es tiempo de que se implemente una estrategia integral, que incluya una mayor presencia policial en Las Flores.
La actuación debe ser urgente y prioritaria. Es hora de restaurar el orden en Las Flores.