Instituciones financieras reguladas, versus prestamistas
Rafael Ramírez
Podríamos afirmar que todo el mundo ha tomado prestado, no solamente dinero, quizá algún artículo de interés, un mueble o un inmueble, entre otras cosas, es por esta razón que hablaremos de dos fuentes donde podemos ir a solicitar dinero prestado y que todos conocemos en nuestro medio: los préstamos a través de prestamistas y los préstamos que ofrecen las entidades financieras reguladas, llamados también estos procedimientos negocio formal y el negocio informal, y nos preguntamos, ¿cuál de estos dos mecanismos de acceso al dinero es el correcto y cuál el incorrecto? La respuesta obligatoria es que eso dependerá de lo que esté usted buscando.
Las entidades financieras reguladas son empresas establecidas, reguladas por la Superintendencia de Bancos con políticas y procedimientos establecidos, toman en cuenta el mercado para desenvolverse, y tienen clientes de todo tipo de ingresos.
Aunque a diferencia de los prestamistas, las instituciones reguladas tienen requisitos más estrictos para otorgar financiamientos, como, por ejemplo, tener garantía prendaria, comprobar solvencia, tener un garante solidario etc., estos y otros requisitos, son algunas de las razones básicas que hacen que los prestamistas existan.
Muchos prestatarios van en busca del crédito informal por sus aparentes ventajas (flexibilidad e inmediatez); por la falta de cultura financiera y por lo difícil que resulta el cabal entendimiento del costo efectivo de un crédito, olvidándose de la alta tasa de interés, que este tipo de préstamos le va a representar, como la famosa frase que siempre oímos, un préstamos al módico 20% de interés mensual o semanal, y lo que no saben que estamos pagando al módico 240% anual o al 1,040% anual dependiendo si es semanal o mensual.
Ahora surge la gran pregunta ¿Cuál es más conveniente? Bueno, depende de sus necesidades, si necesitas dinero rápido y en efectivo en una situación de emergencia, probablemente le resulte acudir a un prestamista, pero prepárese a pagar una tasa de interés sumamente alta y sin ningún tipo de protección legal que lo respalde. Es recomendable tomar su tiempo esperar un poco más y optar por un préstamo en una institución regulada. Ahora cualquiera que sea su decisión, hazlo consciente de que es lo que quieres y de las condiciones bajo las cuales te estás comprometiendo a pagar, como en una subasta, busca siempre el mejor postor.