LA ROMANA. Abre los ojos con visión borrosa y la cara marcada por el acero de la banca que le vio mal dormir esa noche, segundos después se frota la cara y los ojos con sus manos, para visualizar de forma más clara lo que está en su entorno.
Se levanta de la banca y se sienta sobre ella, antes de que los primeros rayos del sol golpeen su rostro y para que las personas que van a sus labores de trabajo no puedan presenciar la escena de que él durmió en una de las bancas de un parque, bajo el cielo estrellado, la noche fría y oscura, a la intemperie a merced de cualquier desaprensivo. Así es la vida de las personas que viven en las calles.
POPEYE, EL ARTISTA
Saluda con cortesía y ofrece los buenos días, a pesar de su situación de vivir en la calle. Su nombre de pila es Popeye, pero también le dicen “El Creisy”, nombre que adoptó un día
soñando ser un cantante urbano. Popeye es uno más de la larga lista de personas que no tienen un hogar, pertenece al grupo de los sin techo.
Asegura tener 13 años fuera de su familia y los últimos 3 años recibiendo sereno, malas noches y frío. Las aceras han sido su cama, las casas abandonadas su refugio, y las frías bancas de hierro de un parque su colchón, acomodado con pedazos de cartón.
El desprotegido afirma haber tenido una niñez estable, pero luego de crecer salió de su natal Barahona, donde había procreado 4 hijos, con los cuales no tienen casi contacto. Residió poco tiempo en Santo Domingo, hasta quedarse en esta ciudad de La Romana.
Con voz animada afirma que se gana el sustento diario limpiado el entorno de los negocios del bulevar de La Romana, botando basura, chapeando solares y haciendo cualquier cosa
que le permita conseguir algo de dinero. Dice que parte de lo que consigue, luego invierte en estupefacientes que comenzó a consumir por invitación de amigos, porque supuestamente le iba a ayudar con sus problemas.
Asegura que una ficha de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) ha troncado su vida. También recomienda a los jóvenes a no consumir estupefacientes.
A Popeye, como en los demás casos, también le fallecieron sus padres. Enfatiza que las personas de La Romana lo han ayudado y que solo quiere recuperar su cédula, estudiar inglés y que algún empresario o autoridad lo ayude para el conseguir un trabajo y ver su sueño convertirse en realidad de ser un cantante urbano.
SUEÑA CON VOLVER A CONDUCIR
Otro caso parecido es el de Sanabia Rodríguez de los Santos, nacido en El Salado, provincia La Altagracia, pero vino con sus padres desde muy pequeño a La Romana, quienes ya fallecieron. Engendró 2 hijos que están con la madre.
De los Santos duerme en la plazoleta de un parque, pero está construyendo un pequeño cuartucho en uno terrenos baldíos, en los cuales viven otras personas en situaciones similares.
Con rostro marcado por las circunstancias e inclemencias del tiempo y acompañado de su amigo inseparable ‘Manchao’, un perro que recogió en un basurero y ha estado con él desde hace un año, precisa que solo necesita una oportunidad y conseguir su acta de nacimiento para sacar su cédula y de esta forma obtener un trabajo como conductor.
Confiesa que sabe conducir cualquier tipo de vehículos pesados, porque aprendió en una
compañía constructora, antes de estar viviendo la vida actual.